martes, 16 de junio de 2015

Examen de la mama



Inspección

La paciente, sentada, debe estar denuda hasta la cintura. Obsérvense el volumen y simetría de las mamas. Nótese la presencia o ausencia de cambios de color en la piel, ulceraciones, presencia de hoyuelos en la piel, edema, deformación o retracción de los pezones. Pídase a la paciente que levante y baje lentamente sus brazos. En el curso de esta maniobra el observador ha de vigilar si hay fijación e la piel de los pezones, desplazamiento de la posición relativa de los mismos o deformación de las mantas por masas fijas. Se inspeccionan las axilas investigando la presencia de ganglios linfáticos aumentados de volumen o infecciones superficiales.


 
 


 
Palpación

Lo mejor para efectuar la palpación de las regiones supraclavicular y axilar es tener a la paciente sentada. Pálpese la región supraclavicular con cuidado utilizando la punta de los dedos mientras la paciente tiene los brazos caídos. Se recomienda repetir esta parte del examen poniéndose detrás de la paciente, como para examen de la nuca. Los pectorales de la enferma han de estar relajados para poder palpar debidamente la axila; esto se logra manteniendo el brazo con una mano mientras se explora la axila con las puntas de los dedos de la otra. Los pliegues axilares anterior y posterior también deben palparse en esta posición.

La paciente luego se pone en decúbito supino; los hombros deben estar elevados por una pequeña almohada. Se lleva a cabo la palpación con cuidado y precisamente manteniendo la palma de la mano y  la cara palmar de los dedos paralelos al contorno de la mama. Pálpese primero la mama teniendo la paciente el brazo relajado a un lado, luego con el brazo encima de su cabeza. Amasando el órgano entre los dedos se percibe su consistencia general, pero la maniobra no sirve para descubrir pequeñas masas. Quizá resulte necesario que el examinador utilice ambas manos si las mamas son voluminosas y gruesas.













Valoración de una masa o nódulo en la mama


Localización

Suele designarse la localización de la lesión según el cuadrante de la mama en el cual se halla situada.




 













La lesión, ¿Es simple o múltiple?

Los nódulos múltiples harán sospechar enfermedad quística o fibroadeosis benignas; un nódulo aislado probablemente sea neoplástico, por muy enigno que parezca a la palpación.

Sensibilidad y consistencia de la masa

La hipersensibilidad a la presión debe hacer sospechar lesión inflamatoria o quística. Un nódulo irregular, duro e indoloro es característico del cáncer.

La lesión, ¿Está fijada a la pared torácica?

La fijación de una lesión a la pared del tórax suele indicar carcinoma avanzado. La movilidad de una lesión se demuestra tomando la mama entre las manos y moviéndola cuidadosamente sobre la pared torácica.



¿Hay hoyuelos en la piel?

Cuando el cáncer infiltra el tejido mamario produce acortamiento de las fibras conjuntivas que unen la piel al órgano. La consecuencia es retractación de la piel por encima del tumor (piel de naranja). A veces puede ser manifiesta, o quizá sólo se demuestre ejerciendo ligera comprensión del tejido mamario entre los dedos pulgares e índice de ambas manos.

 














¿Hay retracción o desplazamiento del pezón?

La necrosis grase y el carcinoma tienen tendencia a producir desviación o retracción del pezón. La inversión del pezón es normal en algunas mujeres.

¿Están infartados los ganglios axilares o supraclaviculares?

Hay que tener particular cuidado al palpar, especialmente debajo del borde del pectoral mayor y en el vértice de la axila. Los ganglios neoplástico tienen dureza característica, a veces incluso pétrea, pero cualquier hipertrofia ganglionar puede depender de un carcinoma.

 












La lesión, ¿es translucida?

La transiluminacion es medio excelente de exploración, sobre todo en caso de lesiones pequeñas o dudosas. Para efectuarla lo mejor es colocarse en una habitación obscura con una sola luz potente dirigida hacia arriba desde debajo de la mama. La paciente debe estar sentada. Las lesiones del cuadrante superior de la mama o las fijadas de las paredes torácicas no son adecuadas para transiluminacion; el método no puede aplicarse cuando las mamas son pequeñas y planas. Tejido graso, quistes y la mayor parte de tumores sólidos de diámetro menor de dos centímetros se observan bien por transiluminacion. Los vasos sanguíneos, los quistes llenos de sangre, los hematomas, los conductos distendidos por secreción, la mayor parte de carcinomas y algunos tumores blandos producirán sombre si tienen diámetro mayor de dos centímetros.

Algunas lesiones importantes de la mama.

Cáncer de mama. Cualquier nódulo palpable de la mama puede ser por carcinoma. El diagnóstico precoz debe efectuarse descubriendo nódulos pequeños, muchas veces perfectamente móviles; por biopsia hay que determinar su carácter histológico exacto. En general, los nódulos cancerosos tienden a ser más firmes y duros que las lesiones quísticas o inflamatorias, y no causan dolor

Los signos físicos característicos del carcinoma de la mama sólo aparecen cuando la lesión ya lleva cierto tiempo de evolución. El carcinoma endurece y acorta los tabiques fibrosos de la mama a medida que se desarrolla, y produce hoyuelos en la piel que lo recubre. Más tarde puede dificultar el curso de la linfa y producir engrosamiento correoso de la piel; es la llamada “peau d’orange” (piel de naranja). Puede observarse, asimismo, retracción del pezón. Si la neoplasia invade el sistema de conductos, se observa flujo purulento o hemático a nivel de los pezones; esto es particularmente característico del carcinoma intracanicular.

La lesión no suele ser sensible a la presión, a menos que se trate de cánceres inflamatorios. Los ganglios duros, aislados, en la región axilar o supraclavicular, indican carcinoma mamario avanzado o de desarrollo rápido.


 
 













Cáncer inflamatorio. Algunos cánceres de la mama semejan lesiones inflamatorias. Puede haber dolor, fiebre e hipersensibilidad que sugieren un absceso. Algunas veces, el borde que avanza del tumor infiltrante puede ser tan intensamente rojo, sobresaliente y sensible, que parece una celulitis aguda. Esta variedad de neoplasia es más común en la mujer premenopáusica. Puede desarrollarse durante el embarazo. El pronóstico es grave.

Papiloma intercanicular. Es característica de esta lesión la aparición de sangre por el pezón. El examen cuidadoso del pezón puede demostrar cuál es el conducto dilatado del cual sale la sangre. En ocasiones, facilita la observación una ligera compresión. Una vez identificado el conducto enfermo, la palpación cuidadosa de la zona vecina suele demostrar la presencia de un pequeño tumor o de un cordón delgado que se extiende en sentido radial por el tejido mamario.

Enfermedad de Paget, de la mama. La enfermedad de Paget se manifiesta por una excoriación roja granulosa del pezón, o por una lesión seca y escamosa que sangra fácilmente por contacto. A veces afecta toda la areola. Puede percibirse un cordón fibroso que se extiende en profundidad desde el pezón por el tejido mamario. La enfermedad de Paget, de la mama, se acompaña siempre de carcinoma subyacente, que a veces puede descubrirse por palpación.

 Fibroadenoma de la Mama. La presencia de un tumor duro en la mama de una mujer joven, muchas veces lobulado y móvil, no doloroso, probablemente indique fibroadenoma. Por desgracia, estos mismos síntomas pueden depender de un carcinoma.

Adenosis o fibroadenosis de la mama. Esta variante de la enfermedad quística crónica se caracteriza por la presencia de pequeños nódulos como perdigones dispersos en ambas mamas. Se acompaña de molestia focal  considerable e hipersensibilidad a la palpación. No es raro que el tejido mamario esté rodeado de un borde en forma de disco, especialmente fácil de percibir en las partes laterales externas de las mamas.

Mastitis quística crónica.   Este  proceso patológico, muy común,  produce nódulos únicos  o múltiples difusos por ambas mamas.  En ocasiones sólo está afectado un cuadrante, lo cual hace imposible  el diagnóstico diferencial con cáncer. Casi siempre hay engrosamiento considerable del tejido mamario vecino, sin fijación de la lesión, eventualmente con  hipersensibilidad a la palpación. Estos nódulos pueden presentar volumen he hipersensibilidad variables en ocasión de la menstruación. Los nódulos aislados requieren biopsia.


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