Para
realizar el examen de la cabeza debemos utilizar las cuatro herramientas que
nos ofrece la semiología: Inspección, palpación, auscultación y percusión.
Durante
el examen son necesarios una serie de equipos que incluye:
-Estetoscopio.
-Oftalmoscopio (fondoscopía).
-Otoscopio (nariz y oído externo).
-Lámpara (senos paranasales, cavidad oral y faringe).
-Baja lengua.
-Diapasón (para explorar sensibilidad vibratoria).
-Estetoscopio.
-Oftalmoscopio (fondoscopía).
-Otoscopio (nariz y oído externo).
-Lámpara (senos paranasales, cavidad oral y faringe).
-Baja lengua.
-Diapasón (para explorar sensibilidad vibratoria).
Inspección
Iniciamos
el examen con la inspección para esto debemos colocar al paciente en una buena
posición, inspeccionar la forma, tamaño, simetría de la cabeza, así como
también la piel, pelo y cuero cabelludo.
Posición
La
cabeza y el cuello pueden examinarse con el paciente sentado o acostado; lo
primero resulta mejor. Es esencial una buena luz, de preferencia clara del día,
ya que la ictérica queda enmascara por la luz artificial. Hay que exponer
completamente el cuello y los hombros. El examinador debe pasar de delante
hacia atrás del paciente para facilitar la inspección y palpación.
Tamaño
Debemos
observar el tamaño de la cabeza que sea normal. Cuando esta es mayor de lo
normal se conoce como macrocefalia y si ocurre lo contrario se denomina
microcefalia.
Este
apartado es de importancia pediátrica, para conocer el tamaño del cráneo en
proporción a la edad. Proporcionalmente la cabeza de un recién nacido es más
grande que la de un niño, y a su vez, más grande que la de un adulto.
Simetría
Es
la igualdad entre el lado izquierdo y
derecho de un órgano.
Debemos
observar si la cabeza es simétrica, es decir si el lado derecho es igual al
izquierdo
Forma
Se
debe observar si la cabeza es de forma normal (normocéfala) o patológica.
En
el caso de ser patológica se describe el tipo de anomalía que se observa
(Oxicefalia,
dolicocefalia o turricefalia).
La
oxicefalia es una malformación congénita del cráneo en la que el cierre
prematuro de las suturas coronal y sagital produce un crecimiento acelerado de
la cabeza hacia arriba, confiriéndole una apariencia estrecha, con una forma
alargada o cónica.
La
dolicefalia es una malformación
congénita del cráneo en la que el cierre prematuro de la sutura sagital da
lugar a restricción del crecimiento lateral de la cabeza, resultando
anormalmente larga y estrecha con un índice cefálico de 75 o menos. Suele estar
asociada a retraso mental.
La
turricefalia se trata de una forma
mixta, es decir una modalidad de craneosisnostósis en la que se encuentran
involucradas varias suturas. Esencialmente el crecimiento del cráneo es hacia
arriba recordando la forma final al de una torre. Aunque sin acuerdo entre los
estudiosos del tema, suelen describirse dos formas: la Oxicefalia, en la que el
crecimiento es hacia la zona fontanelar, y la Acrocefalia cuyo crecimiento es
esférico. Ambas originan retraso mental y trastornos visuales por acodamiento
del nervio óptico.
Pelo y cuero
cabelludo
Deben
registrarse la cantidad, textura y distribución del pelo en cabeza y cara. No
es necesario inspeccionar minuciosamente la piel del cráneo, pero pude
apreciarse a nivel de la implantación de los pelos y separando estos durante la
palpación.
Palpación del
cráneo y cuero cabelludo
Hay
que palpar sistemáticamente el cráneo y cuero cabelludo con el pulpejo de los
dedos de ambas manos aplicados sobre toda la bóveda craneal al mismo tiempo que
separamos el cabello para
buscar y describir cicatrices, lesiones, abrasiones, escaras, nódulos, quistes
sebáceos . Pregúntele al paciente si tiene algunas pequeñas masas, nódulos o
cicatrices en su cuero cabelludo; a veces pequeños lobanillos o tumores escapan
a la atención del examinador aunque el paciente los conozca muy bien.
Piel
Lesiones
manifiestas pueden pasar inadvertidas a menos que el examinador deliberadamente
observe cada centímetro de cara, cuello, oídos, y detrás de los pabellones.
Obsérvese particularmente las manchas de cualquier tipo, las cicatrices de
quemaduras o intervenciones quirúrgicas previas, y la piel telangiectásica
producida por radioterapia.
Algunas lesiones
de la piel
Muchas
lesiones de la piel ocurren comúnmente en la cara, cuero cabelludo o cuello,
por eso es apropiado considerar en este momento alguna de sus características
físicas que tienen importancia diagnóstica.
Nevo pigmentado
Hay muchas variedades con las que debe
familiarizarse el cirujano, aunque sus manifestaciones clínicas quizá no
siempre sean características, entre ellos están:
Nevo
intradérmico: es el lugar más común, y prácticamente en todos los pacientes se
encontrarán algunos. Su nombre deriva del hecho de que las células se
encuentran por completo dentro de la dermis. El aspecto varia
considerablemente, desde una macula aplanada, pálida, parda o rosada, hasta una
carnosidad, papila verrugosa parda oscura. Comúnmente tiene pelo, que es un
punto de diagnóstico importante porque su presencia casi siempre indica nevo
intradérmico y benignidad.
Nevo
de Unión: es una lesión epidérmica más que dérmica, y su nombre deriva del
aspecto histológico de las células en la unión de la epidermis con la dermis.
Este se presenta como una macula plana ligeramente elevada, lisa, sin pelo, de
color pardo claro a oscuro. Su tamaño puede variar de algunos milímetros a
varios centímetros de diámetro, se observan en cualquier parte del cuerpo, pero
los lunares en el escroto o en las superficies palmar o plantar de manos o pies
casi siempre son de esta variedad. Puede presentarse desde el nacimiento, pero
no es raro que aparezca durante la vida. Ocasionalmente parece surgir en
brotes.
Nevo
compuesto: esta lesión contiene los componentes de los dos anteriores. Casi el
12% de los nevos en adultos mostraran en adultos histológicamente alguna
alteración de unión, en tanto que la mitad de los nevos en la infancia muestran
esta alteración. En la práctica, el nevo compuesto no puede diferenciarse de
las dos variedades anteriores excepto como se señaló anteriormente. Si contiene
pelo, probablemente es intradérmico y benigno. Si ocurre en palmas de las
manos, plantas de los pies o en el escroto, casi seguro es del tipo de unión y
potencialmente maligno.
Nevo
Azul o mancha mongólica: es una lesión intradérmica y es más probable que sea
de origen neurógeno que epidérmico. Se presenta como una mancha lisa, sin pelo,
plana o ligeramente levantada, de color pardo oscuro o pizarra o azul gris.
Aparece comúnmente en la cara, dorso de las manos o pies o en las nalgas. Uno
de sus caracteres más distintivos es su color gris pizarra a azul. Por su color
oscuro, con frecuencia se considera erróneamente como un nevo que sufre
degeneración maligna. El hecho de que en muchos años no se altere es un tanto
práctico importante, que da confianza. La localización en cara, dorso de las
manos y nalgas también tiene alguna importancia diagnóstica.
Melanoma
Juvenil o nevo de Spitz: es fácil que un
nevo plano que aumenta de tamaño en la infancia sea un melanoma juvenil. No
tiene pelo y puede ser levantado o incluso verrugoso. Rara vez se ulcera. El
punto clínico clave es que en una biopsia de la lesión, pueden encontrarse
figuras mitóticas y alteraciones marcadas, sugestivas de melanoma maligno. Es
raro que estas lesiones den metástasis en la infancia y, en general deben
considerarse como benignas.
Los
nevos de palmas y manos deben extirparse en la infancia si son benignos.
Melanoma
Maligno: desgraciadamente, es frecuente que el primer signo de un melanoma
maligno sea la aparición de metástasis. Sin embargo, cualquier cambio de
tamaño, ulceración, irritación, hemorragia o profundización de la pigmentación debe considerarse como signo
potencial de malignidad en un nevo y justifica una biopsia extirpadora amplia.
Las
lesiones que están sujetas
particularmente a traumatismos y las que están en las plantas de los pies,
palmas de las manos y en el escroto, deben eliminarse de manera
profilácticamente.
Algunos otros
son:
Papiloma
pigmentado o verruga senil
Estas
lesiones suelen aparecer después de los 40 años de edad, para aumentar
lentamente de volumen, constituyendo nódulos pedunculados de color pardo y
superficie finamente arrugada. Son únicos o aparecen por grupos en cara, cuello
y tronco. No guardan relación con el nevo pigmentado, aunque bastantes veces se
ha confundido con él. Su transformación maligna es muy rara; cuando se produce
lo hace en forma de carcinoma epidermoide de crecimiento lento.
Quiste Sebáceo
El
labonillo o quiste sebáceo suele aparecer en el cuero cabelludo, por detrás de
las orejas, y en cara y cuello, constituyendo un nodulo liso redondeado
adherido a la piel que lo recubre. Una inspección ciudadosa puede revelar el
orificio de un conducto sebáceo ocluido en el punto de fijación a la piel. Su
infección es frecuente: puede originar rápido aumento de volumen y suele
acompañarse de hipersensibilidad, enrojecimiento e induración de los tejidos
vecinos.
Quiste Dermoide
Los
quistes epiteliales de inclusión simulan los lobanillos, pero son mucho menos
frecuentes. Se observan en puntos de fusión del ectodermo en el desarrollo
fetal; por la tanto, suelen presentarse en la línea media del cuerpo, en la
piel de la frente o del cuero cabelludo, y en los ángulos externo de las
hendiduras palpebrales. Cabe distinguirlos de los quistes sebáceos por su
localización y porque la piel que los recubre no está adherida al nódulo.
Un
quiste sebáceo o dermoide cerca del ángulo de la mandíbula no puede
diferenciarse de un pequeño tumor parotídeo, y debe considerarse como tal hasta
que se demuestre lo contrario por extirpación quirúrgica que permita resecar la
glándula parótida en su totalidad, si está indicado.
Cáncer
Metastásico
Es
frecuente la aparición de nódulos de cáncer en el cuero cabelludo y en el
cuello. Las lesiones pueden parecerse mucho a los quistes epiteliales. Mientras no se demuestre lo contrario, un
lobanillo que aparece bruscamente en la piel del cráneo o del cuello en una
persona que se sabe tiene cáncer, debe considerarse lesión metastásica.
Queratosis Senil
Las
personas de piel clara y ojos azules tienen tendencia a desarrollar lesiones
escamosas de color pardo susceptibles de degenerar en cáncer epidermoide. Al
principio estas lesiones parecen simples pecas, pero más tarde aparecen
excrecencias verrugosas de color pardo; estas se descaman y dejan una costra
superficial húmeda que rápidamente se recubre de un nuevo crecimiento de
escamas parduscas.
Queratosis
Seborreica
Se
trata de una lesión precancerosa que aparece en edad avanzada en forma de
nodulo verrugoso superficial de color pardusco recubierto de escamas grasosas y
húmedas. Si hay aumento progresivo de volumen, la lesión puede representar la
primera etapa de un carcinoma.
Cáncer
Epidermoide
El
cáncer cutáneo aparece con frecuencia en cuello, cara y cuero cabelludo. Al
principio, constituye un pequeño engrosamiento móvil y ligeramente elevado de
la piel, con descamación superficial. Pronto se ulcera. Más tarde constituye dura, excavada. Con base necrótica
que produce exudación considerable. Una ulcera infectada indolora de la piel
casi invariablemente es un carcinoma epidermoide. A medida que la enfermedad
progresa, la lesión se fija a la aponeurosis subyacente y planos musculares de
la región. Pueden estar invadidos los ganglios linfáticos locales.
Carcinoma de
Células Basales
Esta
lesión suele aparecer alrededor de los ojos, oídos y nariz. Al principio parece
un granito de color gris perlino. Cuando aumenta tiene borde firme y elevado,
que puede extenderse más allá de la zona de ulceración. La superficie de la
ulcera se parece a la que hemos descrito para el cáncer epidermoide, pero la
lesión celular basal queda indicada por un borde que va extendiéndose más allá
de la zona de ulceración y por la alta de fijación a los planos profundos. En
casos avanzados o no tratados pueden estar invadidos la fascia, los músculos y
los huesos subyacentes. Las metástasis en los ganglios linfáticos soy muy
raras.
Examen de los Ojos
Deben
observarse los siguientes datos: estado de las cejas, forma de los ojos,
dimensiones e irregularidades de las pupilas, posición del globo ocular y
estado de esclerótica y conjuntiva.
Examínense
los movimientos extraoculares moviendo ligeramente un dedo hacia delante y
atrás mientras el paciente lo sigue con sus ojos manteniendo la cabeza inmóvil.
Búsquense en particular los movimientos
bruscos (nistagmos), la incapacidad para la convergencia, la caída de los
parpados y los movimientos asincrónicos o limitados de uno o ambos ojos.
Nistagmo
congénito Incapacidad de convergencia
Párpados
Caídos
Se
debe revisar la reacción de las pupilas a la luz y la acomodación. En algunas
ocasiones los signos oculares brindan la primera sospecha para el diagnostico
de hipertiroidismo.
Debe
observarse las pupilas detenidamente, ya que estas se tornan diferentes y
adoptan un aspecto característico en algunas condiciones. Son irregulares o
fijas en el caso de sífilis, Puntiformes en la intoxicación por morfina.
También la disposición del globo ocular es importante en el caso de tumores
maxilares y retroorbitarios se observa una ligera asimetría de este.
La
ictericia se descubre en la conjuntiva antes de que sea manifiesta en la piel,
si se efectúa el examen con luz de día.
Luego
de esto se procede al examen oftalmoscópico o fondo de ojo
Se
realiza con un oftalmoscopio, las enfermedades que se visualizan son:
-- Hipertensión
arterial- La diabetes
- Especialmente situaciones neurológicas graves como la hipertensión endocraneal.
Examen
de los oídos
El
oído externo se explora como parte del examen general de la piel de cabeza y
cuello. De este debemos explorar lo siguiente:
·
Pabellón
auricular: Tenemos que describir que tipo de deformidad (en forma de copa,
forma de coliflor), agenesia o hipoplasia (de las orejas, lóbulos o tragos),
disfunción.
·
Nivel
de inserción: se toma en cuenta el ángulo externo y el conducto auditivo
externo.
·
Patologías:
lesiones, quistes, tofos, cianosis, hemorragias, cicatrices.
·
Sensibilidad:
normal, híper o hipo sensible. ( tragos )
La
audición se prueba fácilmente frotando las puntas del pulgar y del índice
juntas muy cerca de la oreja. Si oye más de lo normal se llama hiperacusia e
hipoacusia si oye menos de lo normal.
El conducto
auditivo externo (CAE)
Se
explora halando la oreja hacia atrás, arriba y afuera y se observa cualquier
tipo de lesión o secreción.
Si
la secreción es flujo no hemático, sino mucoso, seroso o purulento se conoce
con el nombre de otorrea, pero si está saliendo contenido hemático recibe el
nombre de otorragia.
La
otorragia tiene gran importancia clínica, ya que si ha sucedido un traumatismo
y está saliendo sangre por el oído nos indica ruptura de la base del cráneo.
Luego
se examinan con el otoscopio los conductos auditivos externos y los tímpanos y
describimos el color de la mucosa, la presencia o no de hiperemia, rugosidades,
hemorragias o lesiones, secreciones (otorrea u otorragia)
Mucosa
timpánica normal
Examen de
la nariz
La
nariz nunca deja de crecer. Es la que le da la armonía a la cara.
En
esta se debe observar su: contorno y simetría; el tabique nasal si se encuentra
central, sin perforaciones y/o desviaciones.Con los dedos se inclina la cabeza
del paciente ligeramente hacia atrás y se procede a la inspección de ventanas
nasales mediante una luz. Se observa el tabique por transiluminación,
proyectando la luz dentro de una ventana y observando por la otra. Vigílese con
particular cuidado si hay perforación o desviación del tabique.
Se
determina la permeabilidad de cada ventana nasal haciendo que el paciente
respire por la nariz mientras se comprime alternativamente cada una de las
ventanas.
Mediante
especulo nasal se puede efectuar una inspección más detallada de la nariz.
Algunos cuadros
clínicos:
Rinitis
alérgicas: los pacientes presentan picazón en la nariz y en los ojos,
estornudos, obstrucción de las fosas nasales por congestión y secreciones. En
el examen físico la mucosa se aprecia pálida o enrojecida y puede haber
descarga acuosa (rinorrea).
Fractura
anterior de la base del cráneo: puede comprometer la lámina cribiforme y dar un
signo clínico que consiste en un goteo de líquido claro que corresponde a
líquido cefalorraquídeo (licuorrea). Frecuentemente se encuentran equímosis en
las órbitas oculares dando una facie característica (ojos de mapache).
Epistaxis:
nombre que se le da a las hemorragias nasales.
Sinusitis
agudas: cuadro infeccioso que compromete las cavidades paranasales. El paciente
refiere muchas veces dolor facial, sensación de nariz cerrada, presencia de
secreciones mucopurulentas que elimina por la nariz y, también, una sensación
de estar tragando secreciones en forma constante (se conoce como “descarga
posterior”).
“aleteo”
nasal: es un movimiento de las alas de nariz con cada inspiración que se
observa con mayor frecuencia en niños con insuficiencia respiratoria.
Examen
de la cavidad bucal
El
examen detallado de la cavidad oral es importantísimo, por cuanto es asiento
frecuente de neoplasias asintomáticas. Hay que observar sistemáticamente
labios, dientes, bordes alveolares, mucosa bucal, paladares blando y duro,
suelo de la boca, lengua, amígdalas y oro faringe.
De
ordinario puede efectuarse un buen examen con una simple lámpara de mano, un
depresor de lengua y el dedo que palpa.
Inspección
Se
observan primero los labios, encías, y dientes. Se indica al paciente que haga
muecas y exponga dientes y parte anterior de las encías. Luego pueden separarse
los labios de los dientes mediante un depresor de lengua. Al mismo tiempo se
puede observar la mucosa de los labios. Hay que notar la presencia de mal
oclusión, falta de dientes o higiene bucal defectuosa.
Después
se pide al paciente que abra bien la boca; el examinador debe observar
cuidadosamente la mucosa bucal. Es esencial para ello disponer de un baja
lengua.
Obsérvese la abertura del conducto de Stenon
en la mucosa bucal. El paciente coloca entonces la punta de su lengua contra el
techo de la boca para exponer el suelo de la misma, se observa fácilmente el
conducto de wharton.
Ahora
se piden al paciente que saque la lengua y se examina con cuidado su superficie.
Hay que observar cuidadosamente las papilas circunvaladas de las superficies
dorsal y lateral; su hipertrofia es común y puede simular una neoplasia.
Palpación
Forma parte integrante de un examen
físico completo, como la palpación del recto o vagina. Debe efectuarse
sistemáticamente en pacientes de más de 50 años, especialmente varones, dada la
frecuencia del cáncer bucal. Es absolutamente esencial en presencia de síntomas
procedentes de la cavidad bucal, si se observa cualquier lesión o si hay
ganglios cervicales infartados.
El dedo que palpa ha de protegerse
mediante undedal de goma o un guante. El suelo de la boca se palpa con las dos
manos. La zona submaxilar se ha de palpar cuidadosamente en igual forma. La
mucosa bucal se explora entre el índice y el pulgar. La porción distal del
conducto de Stenon también puede percibirse en esta posición. Lo bordes
alveolares y la zona amigdalar se exploran deslizando los dedos a lo largo del
suelo de la boca, cruzando por detrás del último molar y siguiendo por el borde
lateral de los bordes alveolares. La lengua se percibe manteniéndola fuera de
la boca con una mano que la agarra por la punta mediante una compresa de
gasa, y palpándola con el pulgar y el
índice de la otra mano. Como la palpación de la base de la lengua, amígdalas,
hipofaringe y región del seno piriforme produce reflejo nauseoso, puede
posponerse hasta que se haya completado el resto del examen físico.
El examen de la cavidad bucal se
completa observando con un espejo la base de la lengua, hipofaringe, laringe y
nasofaringe. La técnica se indica en las figuras 2-13 y 2-14 OJO
Ahora se palpa la zona de la glándula
parótida y los ganglios linfáticos preauriculares antes de iniciar el examen
del cuello.
Laringoscopia indirecta. Debe calentarse
el espejo para evitar su empañamiento. Observarse que el examinador ha agarrado
la lengua con una gaza y tira de ella hacia adelante. Esquema de las
estructuras más importantes que deben observarse en laringe e hipofaringe. No
todo puede verse de una vez, pero si inclinando ligeramente el espejo. Las
valeculas y los senos periformes son asiento frecuente de cáncer.
Nasofaringoscopia indirecta; la lengua
esta bajada con el depresor. En relaciones del tabique nasal con los cornetes
medio e inferior.
Lesiones
benignas de la lengua
Es mucho lo que cabe descubrir con una
inspección cuidadosa de la lengua. Su humedad es indicación de buena
hidratación, siempre que el paciente no respire por la boca.
Se observan cambios característicos en
los estados de avitaminosis. En la arriboflavinosis, las papilas están
aplanadas y la lengua tiene aspecto de cuero y color pardo rojizo obscuro. En
la pelagra, el epitelio de la lengua se ulcera superficialmente y deja una
superficie cruenta dolorosa. Una lengua ulcerada y dolorosa recubierta de
placas blanquecinas, es complicación de la terapéutica antibiótica prolongada e
intensa. También se ha visto como complicación en los pacientes crónicos
emaciados con deficiencia polivalente de vitamina B.
Las fisuras horizontales de la lengua
son lesiones congénitas sin significado clínico, pero las fisuras
longitudinales son características de la sífilis. En la lengua geográfica el
epitelio superficial se descama en placas irregulares circinadas con zonas
centrales de curación. Estas zonas irregulares de descamación y curación dan a
la lengua el aspecto de un mapa geográfico.
El prurito y el ardor que suelen percibir los
enfermos les hace pensar que sufren de cáncer avanzado. La lesión se reconoce
por su aspecto característico, su carácter variable y la falta de induración o
ulceración profundas.
Las ulceras benignas de la lengua
provienen de traumatismos, irritación por dientes enfermos o mellados,
dentaduras mal adaptadas e inflamaciones; son dolorosas y superficiales.
La tuberculosis produce una lesión
superficial muy dolorosa de la lengua. Casi invariablemente se acompaña de
tuberculosis pulmonar activa. En toda ulceración de la lengua hay que sospechar
el cáncer; para estar seguros es necesario muchas veces efectuar una biopsia.
Lengua de pelagra
Lengua de tuberculosis
Lengua en sífilis
Lesiones de la
cavidad bucal
Cáncer
La
lesión más importante de la cavidad bucal, que nunca debe pasar inadvertida en
un examen sistémico, es el cáncer. Puede producirse en cualquier parte de la
boca, pero generalmente respeta el dorso de la lengua por delante de las
papilas circunvalares.
Cáncer de
lengua:
es el tumor maligno más frecuente de la cavidad bucal. Aparece en la base de la
lengua a lo largo de los bordes o en la superficie inferior, y suele extenderse
al suelo de la boca. Las metástasis son frecuentes y precoces.
Cáncer de labio: se observan
sobre todo en los varones después de los 50 años. Aparece como interrupción
superficial de la mucosa a nivel de la unión mucocutanea, o como excrecencia
verrugosa. Las metástasis son tardías.
Lesiones
benignas de labios, dientes y mucosa.
Herpes labial. Esta lesión aguda, de
curso rápido, aparece en forma de una placa dolorosa elevada de color rojo,
redondeada, con costras, nivel de la mucosa del labio. Su breve duración y la
ausencia de ulceración e induración le caracterizan como herpes labial común.
Gingivitis. Se caracteriza por
enrojecimiento e hipersensibilidad de las encías. La superficie de estas sangra
fácilmente y del margen de la encía se desprende a veces un exudado purulento.
La línea saturnina (intoxicación
plúmbica) aparece en forma de una hilera de puntos negros grisáceos que se
extiende horizontal e inmediatamente por debajo del borde libre de la encía.
Chancros. La sífilis primaria produce en
el labio un nódulo que parece botón, de consistencia firme e indolora. Si se
ulcera, puede simular el cáncer. Casi siempre están afectados los ganglios
linfáticos cervicales superficiales o submentonianos. En esta fase las pruebas
de Hinton y de Wassermann son negativas. El diagnóstico se establece por examen
de campo obscuro.
Épulis. Se trata de un tumor nodular
característico, de color pardo rojizo que aparece en la parte externa del borde
alveolar. Es de consistencia firme, no doloroso a la palpación. Generalmente de
origen inflamatorio, algunas veces puede constituir una verdadera neoplasia.
Dientes de Hutchinson. Son manifestación
de sífilis congénita; en la actualidad constituyen verdadera rareza. Están
afectados los incisivos superiores centrales; la base de cada diente es ancha,
y la superficie de mordedura es estrecha y dentada.
Quistes epitelial. Suelen observarse en el suelo de la boca. Los dermoides a veces se hallan en la línea media constituyendo nódulos redondeados, duros, ligeramente quísticos. Una ránula aparece como hinchazón superficial tensa, de color azulado, translucida, a uno y otro lado del frenillo. En su superficie puede distinguirse el orificio del conducto de Wharton. Los quistes del suelo de la boca deben palparse con todo cuidado utilizando las dos manos. Los quistes del conducto tirogloso hace prominencia en el suelo de la boca y se identifican por su situación en la línea media y su extensión hacia abajo, en dirección del cuello.
Melanosis de la mucosa bucal y poliposis
intestinal. (síndrome de Peutz- J echers). Es un síndrome
notable que se caracteriza por depósitos de melanina en la piel y mucosa bucal
acompañados de poliposis del intestino delgado. A menudo se acompaña de anemia.
Dado que los pacientes se quejan de dolor abdominal recurrente y estreñimiento,
es posible que se haga una laparotomía exploradora sin que se haya establecido
el diagnostico.
La mayoría de los pacientes son de tez
obscura. Las manchas de melanina se distinguen fácilmente en una exploración
física si se examinan cuidadosamente la cara y mucosa bucal.
Lesiones
de la orofaringe
Amigdalitis aguda. El principio es
brusco con fiebre y dolor de garganta; las amígdalas están hinchadas y
enrojecidas. La superficie suele estar cubierta de manchas blancas formadas por
el exudado que sale de las criptas amigdalinas. Puede haber infiltración e
hiperemia de la mucosa orofaringea vecina.
Amigdalitis crónica. Este término se
utiliza de manera vaga para indicar enfermedad crónica de la amígdala, que
puede adoptar formas diversas. A veces hay hipertrofia de las amígdalas
palatinas acompañada de hipertrofia de la amígdala faríngea (adenoides) que
produce obstrucción nasal parcial y disminuye.
Glándula parótida
Normalmente
no se ve ni puede limitarse por palpación. La abertura del conducto parotídeo
(conducto de stenon) pueden Identificarse como una pequeña elevación situada a
nivel del segundo molar superior. Se ve directamente cuando está inflamada o
edematosa.
Parotiditis:
por inspección, la glándula hipertrofiada constituye una masa difusa por
delante del oído, que se extiende hasta abajo y atrás hasta el ángulo del
maxilar. El conducto de stenon aparece edematoso y enrojecido cuando se separa
la mucosa bucal mediante un depresor.
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