sábado, 18 de julio de 2015

Examen de Abdomen




 









El abdomen es una de las partes más difícil de examinar, puesto que se compone de diversos órganos

Aspectos anatómicos del abdomen

A efectos de la valoración de las lesiones producidas por los traumatismos abdominales es conveniente recordar, la existencia de órganos y vísceras recubiertas de peritoneo y otras que no lo están. Esta distinción es importante, tanto por la repercusión clínica como por las dificultades en el diagnóstico que representan los órganos y vísceras retroperitoneales. Sucintamente se expone a continuación:

Cavidad peritoneal

Abdomen superior:

·         hígado
·         bazo
·         estómago
·         colon transverso
·         diafragma

Abdomen inferior

·         intestino delgado
·         resto del colon intraabdominal


Órganos retroperitoneal

·         aorta
·         cava inferior
·         páncreas
·         riñones y uréteres
·         segmentos de duodeno y colon


División del abdomen por cuadrantes:

Se trazan dos líneas imaginarias perpendiculares que pasan por el ombligo. De esta forma se delimitan cuatro cuadrantes:

·         superior derecho
·         superior izquierdo
·         inferior derecho
·         inferior izquierdo


División del abdomen en nueve sectores:

Se trazan dos líneas verticales y dos horizontales. Las dos primeras son la continuación de las líneas medioclaviculares que se prolongan hacia abajo hasta los lados del pubis. De las dos líneas horizontales, una pasa por el reborde costal (aproximadamente la 10ª costilla), y la otra pasa por las crestas ilíacas ántero-superiores. Se constituyen así nueve sectores (entre paréntesis se indican las estructuras intra-abdominales que se ubican en esos sectores):

En el tercio más alto:
- hipocondrio derecho (lóbulo hepático derecho, vesícula biliar, parte del riñón derecho, glándula suprarrenal, ángulo hepático del colon).
- epigastrio (estómago, duodeno, páncreas, parte del hígado, aorta, vena cava inferior)
- hipocondrio izquierdo (bazo, cola del páncreas, ángulo esplénico del colon, polo superior del riñón izquierdo, glándula suprarrenal)

En el tercio medio:
- flanco derecho (parte del riñón derecho y del colon ascendente)
- región umbilical (porción inferior del duodeno, intestino delgado, aorta, vena cava inferior)
-flanco izquierdo (parte del riñón izquierdo y del colon descendente)

En el tercio inferior:

- fosa ilíaca derecha (ciego, apéndice, extremo inferior del íleon, ovario, desembocadura del uréter, canal inguinal)

- hipogastrio (útero, vejiga, colon sigmoides)
- fosa ilíaca izquierda (colon sigmoides, ovario, desembocadura del uréter, canal inguinal)






La técnica del examen abdominal varía según las molestias que sufre el paciente y el proceso patológico que se investiga.

Por tanto en el abdomen se pueden realizar tres exámenes que son: el examen de elección, la valoración de datos patológicos, el examen del vientre agudo y el examen del abdomen operado.

Examen de elección

El objetivo de este examen es comprobar que no hay un tumor abdominal obstruyendo dicha estructura y que las viseras no están aumentadas de volumen o en posición anormal.

Lo fundamental es lograr que el paciente este relajado y sin molestias, la cabeza y la rodilla deben estar apoyadas en ligera flexión, las manos deben estar a los lados, para lograr una relajación es importante saber que hay que proteger las partes desnudas del paciente ya sea hombre o mujer.


Inspección
 







Se observa el contorno general del abdomen, la presencia o ausencia de venas distendidas y los movimientos respiratorios.

El ombligo normal esta ligeramente retraído e invertido. La  eversión  umbilical puede ser signo de distensión o liquido intraabdominal.

Tienen importancia la presencia, carácter y la posición de cicatrices abdominales. Las hernias ventrales o liástasis de los músculos rectos pueden manifestarse indicando al paciente que levante la cabeza o haga esfuerzo en forma que aumente la tensión abdominal.

Después de inspeccionar cuidadosamente el abdomen, hay que examinar los conductos inguinal y crural y los genitales externos masculinos, el examinador no deberá de pasar inadvertido un testículo no descendido o un pequeño nódulo testicular.


Auscultación:

 












Lo que se trata de auscultar son ruidos que derivan de la movilidad del intestino y posibles soplos vasculares. Se efectúa antes de la percusión y la palpación ya que éstas pueden alterar los ruidos intestinales o ruidos hidroaéreos. La auscultación debe ser metódica y cubrir los distintos cuadrantes del abdomen.

Mediante la práctica, es necesario familiarizarse con las características de los ruidos normales para poder distinguir cuándo están aumentados y cuándo disminuidos. Como todos los sonidos, se puede distinguir frecuencia, intensidad, tono y timbre. Lo normal es escuchar como clics o gorgoteos regulares, entre 5 a 35 por minuto. Cuando el gorgoteo es prolongado y de tono bajo se habla de borborigmo ("gruñidos gástricos"). En las diarreas los ruidos intestinales o hidroaéreos están aumentados en frecuencia e intensidad.

Cuando el estómago está distendido con líquido porque existe una obstrucción a nivel del píloro o un poco más abajo (síndrome pilórico), o porque se ingirió una gran cantidad de líquido en las horas anteriores, al sacudir al paciente se puede auscultar en la región epigástrica un bazuqueo gástrico que son ruidos de tono alto semejantes a los que se escuchan al agitar un tonel parcialmente lleno de líquido.

Cuando existe una parálisis intestinal (íleo paralítico), desaparece el peristaltismo y con ellos, los ruidos intestinales, y se escucha un silencio abdominal. Para concluir que los ruidos intestinales están ausentes, se debe auscultar unos 3 a 5 minutos. Las asas intestinales se distienden con líquido y aire; si al paciente se le sacude, se auscultan ruidos de sucusión, semejantes al bazuqueo gástrico. Habitualmente se escuchan en todo el abdomen.

En un íleo mecánico, por obstrucción intestinal, los ruidos están aumentados junto con la mayor actividad peristáltica. Se escuchan ruidos de tono alto y en secuencias que aumentan junto con el incremento del dolor de carácter cólico.

Otros ruidos que se pueden auscultar son soplos por flujos turbulentos dentro de las arterias: aorta (en línea media, supraumbilical), renales (paramediano supraumbilical, a cada lado), ilíacas (paramediano infraumbilical, a cada lado), femorales (en las regiones inguinales). Pudieran escucharse mejor con la campana del estetoscopio. En todo enfermo hipertenso se deben buscar soplos que deriven de la estenosis de alguna de las arterias renales; se ausculta en el epigastrio, hacia lateral, y en los ángulos costovertebrales. El escuchar un soplo que ocurre durante la sístole solamente en la proyección de la aorta descendente, las ilíacas o las femorales, no implica necesariamente que exista una estenosis de la arteria; es más específico si el soplo se escucha en la sístole y la diástole.

En mujeres embarazadas se pueden auscultar los latidos cardíacos fetales a partir de las 16 a 18 semanas. Se escuchan mejor con una corneta especial que usan los obstetras y matronas.

Palpación

 












A la hora de palpar el abdomen es esencial una buena relajación y la cooperación del interesado. En primer lugar, se percibirá el tono del musculo recto, luego se procederá a palpar cuidadosamente los cuatros cuadrantes del abdomen con la superficie flexora de la palma y los dedos y el antebrazo y la mano paralelos a sí mismo, si los músculos abdominales presenta resistencia y se sospecha de espasmo involuntario, hay que comprimir con cuidado la palma de la mano contra el musculo recto en este proceso se le indica al paciente que respire profundamente con la boca abierta, el espasmo y la rigidez desaparecerá durante la espiración.

Hígado

El hígado no puede palparse, pero en personas delgadas puede percibirse a nivel del borde costal. Un hígado palpable no es necesariamente patológico.


Palpación del hígado

Los dedos del examinador se colocan planos sobre la pared abdominal inmediatamente por debajo del borde costal y se deprimen con los dedos de la otra mano, se le indica al paciente que respire profundo y los dedos que palpan se comprimen con cuidado hacia adentro y arriba para que palpen el hígado cuando descienda la respiración. Esta maniobra se repite varias veces, si se percibe el borde.













Percusión del hígado

 











Debe iniciarse en la línea axilar anterior a nivel aproximadamente en el cuarto espacio intercostal, siguiéndola hacia abajo hasta que la nota resonante del pulmón que sustituida por la macicez hepática. Luego que sigue dicha macicez hasta que quede sustituida por el timpanismo de los gases intestinales.  De hecho la zona de macicez hepática se extiende desde el quinto espacio intercostal hasta el borde costal. La percusión del borde inferior del hígado no merece confianza cuando hay distensión abdominal.

Vesícula biliar

 







Una vesícula biliar normal no puede palparse. Una vesícula biliar distendida puede percibirse inmediatamente por debajo del borde inferior del hígado, aproximadamente a nivel del borde externo del musculo recto del abdomen.



El bazo




Normalmente no es palpable, se busca colocando la mano izquierda por detrás en el flanco, por debajo del borde costal en la línea axilar media. Se le pide al paciente que respire profundo y se insinúan con cuidado los dedos en cuadrante superior izquierdo del abdomen. Si se sospecha que hay hipertrofia esplénica, se repite varias veces, la percusión del bazo puede ser útil, normalmente la matidez esplénica se extiende en la línea axilar media desde la novena a la undécima costilla.



Riñones:


 












El riñón izquierdo se palpa con la mano derecha, mientras que la mano izquierda comprime el flanco desde atrás, desplazándolo hacia arriba, la maniobra es similar a la de la palpación esplénica, pero la mano izquierda se coloca algo más hacia abajo y la mano derecha algo mas hacia la línea media. El riñon izquierdo no se palpa a menos que este aumentado de volumen o en posición anormalmente baja.



Vejiga urinaria


 













Si la vejiga urinaria está llena, puede palparse inmediatamente por encima de la sínfisis pubiana como una masa sensible, lisa, de forma ovoide. La presión ejercida sobre la misma despertara unas ganas de orinar. La palpación permitirá delimitar la forma ovoide de la vejiga distendía, sin dejar duda acerca de su naturaleza.

Colon:

 











El colon ascendente, el ciego, el colon descendente y el sigmoides muchas veces pueden palparse. El ciego y el colon derecho se perciben en el cuadrante inferior derecho como una masa redondeada, blanda, ligeramente sensible. El sigmoides muchas veces se percibe como estructura tubular, de cierta firmeza, estrecha que se extiende hacia abajo a lo largo del cuadrante inferior hacia la pelvis.






Valoración de hallazgos normales

Valoración de una masa abdominal

El examinador ha de tener la seguridad de que lo que parece una masa abdominal no es una estructura normal. Aquí caben muchos errores. La vejiga distendida, útero grávido, el borde resistente del  musculo recto del abdomen, el promontorio del sacro y la aorta tortuosa y dilatada de un paciente hipertenso, todas estas estructuras han sido consideradas erróneamente como tumores abdominales. La contracción voluntaria del musculo recto, sobre todo en pacientes obesos, suele producir un tumor epigástrico manifiesto, en ocasiones se palpa la aorta a nivel del epigastrio, dando una pequeña impresión de un tumor pulsátil de la línea media, se puede distinguir   un aneurisma abdominal mediante una aortografia.
  
Una masa pulsátil a nivel del ombligo o inmediatamente abajo es probable que sea un pequeño aneurisma abdominal. Una masa de heces endurecidas en el sigmoides producirá un tumor  abdominal. La movilidad de una masa tiene gran significado. Las lesiones que desplazan hacia abajo con la respiración probablemente guarden relación con hígado, riñones o bazo.

La forma, consistencia y sensibilidad de una masa tienen gran importancia. Las lesiones indoloras, nodulares, de dureza pétrea, deben hacer sospechar un tumor maligno. Una masa redondeada, lisa, tensa generalmente indica un quiste, la hipersensibilidad hará sospechar inflamación, hemorragia o necrosis.

Descubrimiento de líquido dentro del abdomen:

Cuando dentro de la cavidad peritoneal hay un gran volumen de  líquido, suele descubrirse fácilmente provocando una “onda liquida”. Se percute un flanco con el dedo de una mano y palpa el flanco opuesto con la otra. Cuando hay líquido al percutir con el dedo un impulso neto se transmite a la mano que palpa en el flanco opuesto.

Distinción entre líquido de quiste ovárico voluminoso y ascitis:

En la ascitis el abdomen esta uniforme distendido, con plenitud a nivel de los flancos. Hay timpanismo en la parte anterior y la zona de matidez de los flancos, hay timpanismo en la parte anterior y la zona de matidez de los flancos, que se desplaza al cambiar el paciente de posición. En un quiste del ovario puede haber asimetría de la hinchazón abdominal. Hay matidez en la parte anterior y timpanismo en los flancos.

Peloteo:
En presencia de ascitis quizá sea difícil percibir una masa pero suele poderse descubrir por el peloteo. Se comprime con cierta brusquedad el abdomen con los dedos en la región donde se sospecha la presencia de la masa.

Macicez movible: Se necesita cierto cuidado para descubrir este signo tan útil de presencia de líquido libre en la cavidad peritoneal.

Signo del charco: este ayuda al diagnostico de una ascitis  y no está influenciado por la obesidad o la presencia de liquido intestinal intraluminal, este signo se produce de la siguiente forma, se le pide al paciente que descanse boca abajo durante cinco minutos y después que sostenga su cuerpo en manos y rodillas. El examinador coloca el estetoscopio contra la parte más baja del abdomen, con su mano libre golpea suavemente y repetidamente un flanco siempre con la misma intensidad, así mismo se mueve gradualmente el estetoscopio hacia el flanco opuesto al sitio de percusión.

Hígado aumentado de volumen
 














La inspección puede relevar el contorno de un hígado hipertrofiado que se extiende por el abdomen superior derecho y epigastrio. Un hígado hipertrofiado es fácil de descubrir por palpación cuando el paciente está bien relajado y no hay distención abdominal . el diagnostico característico es el borde netamente palpable. Puede ser romo en caso de cirrosis o irregular y nodular en caso de hipertrofia. Si el hígado esta aumentado de volumen, hay que buscar indicios de ictericia en la conjuntiva. Se examinara la piel en busca de excoriaciones por el prurito, de ictericia  y de angiomas en araña

Vesícula biliar aumentada

 













Una vesícula biliar aumentada de volumen se palpa como un tumor redondeado, liso en el cuadrante superior derecho. Suele hallarse inmediatamente por fuera del borde externo del musculo recto. Una vesícula biliar aumentada de volumen y muy sensible a la palpación es característica de colecistitis aguda. Una vesícula aumentada de volumen no dolorosa es presencia de ictericia obstructiva y es característica de obstrucción maligna de las vías biliares. Esto se basa en admitir (“ley de courvoisier”) que en caso de cáncer del páncreas la vesícula biliar suele ser normal y puede distenderse considerablemente cuando se obstruye el colédoco.

El estomago
 








Normalmente el estomago no puede sentirse, pero si esta distendido con aire a menudo puede delinearse por percusión.

La obstrucción pilórica aguda puede causar vomito repetido grave, a menudo sin dilatación notable del estomago, la obstrucción pilórica crónica de progreso lento, puede haber enorme agrandamiento del estomago con solo vomito intermitente en ocasiones.

Los tumores del estomago a menudo son palpables los más comunes son carcinoma, linfoma y leiomiosarcoma. Una gran masa gástrica palpable puede ser de crecimiento lento y se puede tratar bien mediante extirpación quirúrgica. Los leiomiomas y leiomiosarcomas pueden alcanzar enorme tamaño con invasión y deformidad de la pared gástrica mínimas.

Intestino delgado


















Puede localizarse de manera general mediante el método de monk. La raíz del mesenterio se proyecta sobre la pared abdominal  por media de una línea dibujada, una mitad por encima y otra mitad por debajo del ombligo extendiéndose desde un punto exactamente a la izquierda de la línea media hasta otro a la derecha de la misma, a la mitad entre el ombligo y el centro del ligamento inguinal a la derecha.

La mayor parte de lesiones patológicas del intestino delgado producen signos abdominales agudos de obstrucción intestinal, estrangulación, perforación, hipermotilidad o irritación peritoneal. Los tumores más  comunes del intestino delgado son el carcinoma y el linfoma. Los tumores de crecimiento lento del intestino delgado pueden hacerse palpables antes de que haya obstrucción.
  
La obstrucción progresiva crónica del intestino delgado por neoplasia puede desarrollarse sin dolor  ni vomito. Los signos son: distención de bajo grado, peristaltismo hiperactivo y asas de intestino dilatadas y palpables. El intestino delgado puede engrosarse  e hipertrofiarse en respuesta a  la estenosis que progresa lentamente. Los síntomas pueden sugerir más bien síndrome de mala absorción.

Los carcinoides del intestino delgado raramente producen síntomas hasta que se desarrollan metástasis, pueden desarrollarse signos de obstrucción, dolor abdominal o hemorragias. Aproximadamente 10 de cada 100 personas con esta patología desarrollan  el síndrome de carcinoide que consiste en el enrojecimiento cutáneo, diarrea, jade asmático con disnea  y en etapas tardías insuficiencia cardiaca.

Bazo aumentado de tamaño

 











El único signo neto de bazo ligera  o moderadamente aumentado de volumen puede ser un impulso percibido por la punta de los dedos que palpan cuando el paciente inspira. La percusión puede confirmar la presencia de dicha hipertrofia esplénica. En caso de aumento considerable de volumen del órgano, se percibe fácilmente extendido a lo largo del cuadrante superior izquierdo. En el borde puede descubrirse una muesca neta denominada muesca esplénica.

Riñón aumentado de tamaño
 
 















Riñón izquierdo aumentado de tamaño



El polo inferior del riñón derecho, muchas veces resulta ser palpable, el riñón izquierdo cuando es palpable esta aumentado de volumen o desplazado hacia abajo. un riñón aumentado de tamaño se identifica por su posición posterior, la mano que palpa debe llegar a la profundidad del abdomen antes de percibir su borde redondeado, este órgano desciende bien  con la respiración y luego se desliza  entre las manos que palpan cuando el paciente espira, a veces se percibe la forma de habichuela.
El aumento de volumen de ambos riñones hará sospechar enfermedad poliquistica congénita, un amento renal netamente anterior suele depender de enfermedad neoplásica.
 

Vientre agudo
 












En caso de abdomen agudo el diagnóstico preciso requiere valorar cuidadosamente todas las probabilidades.

Inspección

Obsérvese la posición que adopta el paciente. En caso de cólicos intensos, no podrá quedarse acostado y tranquilo, si hay infección peritoneal estará inmóvil con sus rodillas flexionadas a pesar del intenso dolor. Obsérvese la expresión de la cara y la frecuencia respiratoria. Vigílese en particular la separación de los músculos rectos, la ausencia de los movimientos respiratorios normales y el peristaltismo visible.

Obsérvese el pulso

El carácter y frecuencia del pulso tienen una gran importancia para saber la gravedad de un proceso abdominal agudo. Después de la inspección del abdomen hay que examinar la región inguinocrural y los genitales externos.
  
Es importante palpar la arteria femoral en esta parte del examen, la ausencia de pulsación o la discrepancia entre los dos lados en presencia de un dolor abdominal intenso puede hacer sospechar aneurisma disecante.

Auscultación

El examinador ante todo debe de conocer perfectamente los sonidos peristálticos normales. Cuando se sospecha de abdomen agudo. El peristaltismo puede estar aumentado, disminuido o ausente.

La ausencia de peristaltismo significa que la hay un íleo paralítico por irritación peritoneal difusa. El peristaltismo aumentado suele manifestarse en varias formas:
     -el borborigmo intenso y casi constante que varía de intensidad para sin caracteres definidos se observa en la gastroenteritis aguda o en los trastornos digestivos por transgresiones dietéticas.
     -menos comunes, pero mucho más importante, son los ruidos producidos por las contracciones rítmicas de los intestinos en la obstrucción mecánica aguda.
      -en la obstrucción parcial crónica del intestino delgado bajo y en las fases de recuperación e una inflamación peritoneal difusa se  perciben goteos sonoros y ruidos de retintín cuando las asas dilatadas y llenas de liquido sufren contracción periódicas.
     -el soplo que se escucha en el epigastrio puede ser signo importante de isquemia intestinal crónica.


Palpación

Se le pide la paciente que tosa, en caso de inflamación peritoneal aguda esto suele despertar un brusco dolor abdominal localizado en la zona afectada.
La palpación abdominal  no es completa si no se procede al examen cuidadoso de los flancos, ángulo costovertebral y parte baja de la jaula costal. Para explorar estas zonas con todo cuidado hay que utilizar un solo dedo. La palpación firme de los últimos espacios intercostales con solo dedo a veces permite descubrir hipersensibilidad agudísima, dato para sospechar  una lesión por encima del diafragma.

Descubrimiento de una masa

El examinador ha localizado ahora exactamente la topografía de la zona dolorosa sin causar dolor, ha determinado así mismo, de presencia e intensidad del espasmo muscular. Siempre será bueno palpar el vientre agudo por segunda vez después de que el paciente ha recibido morfina, y de nuevo en la mesa de operaciones después de la inducción de anestesia.

Percusión del abdomen

La percusión delicada es útil para localizar una zona de hipersensibilidad, a veces también revela una zona inesperada de macicez coincidiendo  con hipersensibilidad, esto hará sospechar una masa hasta entonces inadvertida que desplaza los intestinos. Los signos de desplazamientos de macicez dentro del abdomen pueden establecer el diagnostico de hemorragia intraabdominal después de heridas de vientre.

Pruebas especiales:

Existen ciertos número de pruebas especiales que en casos determinados pueden ser muy útiles para aclarar el diagnostico. Entre estas tenemos:
1-El signo del dolor al toser
2-Dolor del rebote:

Este signo se descubre ejerciendo presión intensa en el abdomen, si es positivo se puede sospechar de un proceso inflamatorio agudo y luego suprimiendo bruscamente tal presión. Cuando la pared abdominal regresa  rápidamente a su posición normal el paciente percibe un dolor agudo en la zona donde se ejerció la presión a nivel del proceso inflamatorio. El dolor de rebote referido al lado opuesto. Que es el de la lesión, constituye un dato confirmatorio de irritación peritoneal agudo localizada en la zona dolorosa. Tiene igual significado que el dolor al toser y merece mayor confianza, ya que se observa  en casos en que la tos no provoca molestias.

3-Prueba de psoasiliaco:

 
 











El paciente intenta flexionar el muslo contra una ligera presión ejercida por la mano del examinador. Se producirá un dolor si hay un proceso inflamatorio en contacto con el musculo psoas. Pueden descubrirse grados ligeros de irritación haciendo que el paciente descanse sobre el lado opuesto y extienda por completo el musculo del lado afectado.

4-Prueba del obturador: 
 













Se flexiona el muslo en Angulo recto y luego se gira hacia afuera y adentro puede despertarse dolor hipogástrico si hay una masa inflamatoria en contacto con el musculo obturador interno. El signo suele ser positivo cuando hay una apendicitis pelviana o de acumulación de líquido o sangre en la pelvis.

5-Percusión de la pared torácica anterior baja con el puño:
Puede obtenerse resultado positivo en diversos procesos, incluyendo la hepatitis aguda. El signo es positivo en presencia de colecistitis aguda.

6-Signo del dolor contralateral: 
A veces suele ser difícil distinguir entre un proceso torácico que causa dolor y rigidez abdominal y un proceso inflamatorio en un cuadrante alto del abdomen.

7-Paro inspiratorio (Murphy):  
Es un signo excelente de colecistitis aguda. Se le pide al paciente que inspire profundamente y al mismo tiempo se ejerce  presión intensa contra la pared abdominal en la región de la vesícula biliar.

8-Color azulado del ombligo (Cullen): 
 
 








Puede observase tinte azulado de la piel del ombligo en caso de hemoperitoneo extenso. El fenómeno fue descrito originalmente como signo de embarazo ectópico roto. Puede observarse en cualquier proceso que cause salida de un volumen considerable de sangre a la cavidad abdominal.


Signos diferenciales en el abdomen agudo:

Apendicitis aguda:

 











Las manifestaciones de esta enfermedad son innumerables. Puede simular casi todos los demás procesos abdominales agudos.

Inspección:

En las primeras fases el paciente quizás no parezca muy enfermo. Se queja de dolor persistente, que suele aumentar con el movimiento. Prefiere estar acostado y quieto. Al levantarse o andar quizá se sostenga el lado derecho, por inspección no se descubrirá anomalía alguna.

Auscultación:
El peristaltismo puede estar disminuido, pero suele ser normal.

Palpación:

El dolor producido por la tos referirá al cuadrante inferior derecho. Palpando el abdomen con un dedo se comprobara dolor bien localizado en el cuadrante inferior derecho en la zona del punto de Mc Burney. Generalmente corresponde al punto donde el paciente percibe el dolor por la tos. Puede haber espasmo voluntario del músculo recto derecho, pero no espasmo verdadero.




Variantes de la apendicitis aguda:

Como en la apendicitis que comienza el dolor localizado es el único dato seguro y de confianza, el proceso suele pasar inadvertido cuando el apéndice se halla en posición anormal o protegido. 
















1-Apendicitis retrocecal: 

El punto de dolor localizado se encontrará hacia afuera en el flanco. Los signos abdominales pueden no existir y a veces la tos no provoca dolor. En la apendicitis retrocecal avanzada quizá no haya rigidez del músculo recto, pero existe por fuera en los músculos del flanco. Un apéndice retrocecal alto puede simular una colecistitis o un proceso renal. Al palpar el flanco es esencial distinguir cuidadosamente entre dolor de flanco y dolor del ángulo costovertebral.

2-Apendicitis pelviana: 

Este proceso es tan peligroso y tan fácilmente engañoso, se caracteriza por la cantidad de datos normales proporcionados por el examen abdominal. Los síntomas más manifiestos son diarrea y el vómito, es fácil establecer como diagnóstico de  gastroenteritis si no se interpretan correctamente los datos del examen físico.

Aparece dolor exquisito a nivel del fondo de saco de Douglas cuando el examen del abdomen revela muy poca anormalidad. Los síntomas abdominales se manifiestan cuando la enfermedad progresa y se desarrolla peritonitis pelviana. Las pruebas de Psoas y del obturador pueden ser positivas en la apendicitis pelviana.

3-Apendicitis iliaca:
Los datos físicos pueden ser clásicos cuando el apéndice se halla inmediatamente por encima del borde  o el punto doloroso quizá sea bastante bajo en el abdomen inmediatamente por encima del ligamento inguinal. En esta localización el apéndice muchas veces se halla en contacto con el musculo psoas. Un signo psoas iliaco positivo es útil como dato confirmatorio.

4-Apendicitis obstructiva:
La obstrucción completa del apéndice por un fecalito puede producir oclusión vascular, gangrena y perforación temprana. El dolor puede ser tan grave que puede llegar a simular una trombosis mesentérica o vólvulo.

5-Formas raras de de apendicitis aguda:
Debido a la posición variante del apéndice, la apendicitis puede simular muchos otros padecimientos abdominales agudos.


Colecistitis aguda

 

 Inspección

 La frecuencia respiratoria suele estar aumentada a veces tanto que se  pude sospechar de neumonía, esta taquipnea se atribuye en parte a la vesícula aumentada de volumen y con inflamación aguda al respirar entra en contacto con la pared anterior y aumenta el dolor,

Auscultación

En la auscultación siempre hay peristaltismo, puede ser muy activo, El abdomen silencioso suele signo tardío e indica perforación de la vesícula


Los signos de percusión con el puño  y de paro inspiratorio suelen ser positivos. Debe ponerse en duda el diagnóstico de colecistitis si los signos son negativos.

Palpación

En la palpación en las primeras etapas de la enfermedad, la palpación con un dedo localizará el dolor a nivel de la vesícula biliar, en una palpación cuidadosa, generalmente permite descubrir la masa muy dolorosa, tensa, piriforme, formada por la vesícula aumentada de volumen.





Ulcera gástrica o duodenal perforada.

 






El colapso puede dominar el cuadro si el paciente se examina poco después de iniciado el proceso, el paciente tiene color ceniza, sufre mareo, transpira y se queja de dolor epigástrico intenso, es común la hipotensión. La frecuencia del pulso suele no estar muy aumentada per rebota, es lleno y más rápido que al comienzo del proceso cuando el paciente parecía hallarse en colapso. La rigidez es de madera, la retracción del epigastrio por contracción de los rectos abdominales y del diafragma suele observarse en personas delgadas, puede estar disminuida o desaparecida la matidez hepática, el timpanismo sobre el hígado a nivel de la línea media axilar a cinco centímetros o más del borde costal, demuestra presencia de aire libre en la cavidad peritoneal. A partir de una ulcera duodenal perforada el contenido del intestino escapa poco a poco y en cantidad tan pequeña que no se produce contaminación de la cavidad peritoneal libre, los signos físicos son inflamación inflamatorio a este nivel.



Pancreatitis aguda
 










El paciente tiene aspecto muy enfermo pero el examen de abdomen a veces solo demuestra tensión dolorosa vagamente localizada en el epigastrio, en la pancreatitis necrosante aguda el paciente puede estar en colapso con irregularidades cardiacas que hagan sospechar oclusión coronaria, suele haber distención abdominal y peristaltismo disminuido o ausente.

Diverticulitis aguda:
 
 



La diverticulitis del colon es tan proteiforme en sus manifestaciones como la apendicitis, causa dolor más difuso y suele haber signos de peritonitis local, incluso en las primeras etapas de la enfermedad.

Es frecuente descubrir una masa palpable en el cuadrante inferior izquierdo o en la pelvis. Más raramente  produce obstrucción aguda del colón, y estos signos  y síntomas pueden no distinguirse de los que se observan en caso de carcinoma cólico.

Una masa inflamatoria en el flanco o en la ingle puede ser producida por la perforación de un divertículo.

Oclusión vascular mesentérica: 
 
 
La oclusión de los vasos mesentéricos  venosos o arteriales se caracterizan por contraste notable entre la gravedad de los síntomas y lo mínimo de los signos abdominales, el síndrome suele consistir en dolor abdominal persistente e intenso acompañado de signos variables de trastorno gastrointestinal como vómitos diarrea o alteraciones de la función intestinal. El peristaltismo puede ser normal o hiperactivo, el espasmo y la distención son manifestaciones tardías que solo aparecen después de producirse gangrena del intestino con peritonitis.

Aneurisma disecante de la aorta
 













La lesión subyacente es una degeneración de la media con rotura inicial de la intima de la aorta cerca de las válvulas aorticas o en la aorta descendente cerca de la arteria subclavia izquierda. Los pacientes suelen tener hipertensión notable. El comienzo es repentino con dolor angustioso en tórax, es común que irradie al cuello, espalda o hacia el abdomen a menudo va seguido de choque y perdida del conocimiento.

Rotura de un aneurisma abdominal

Los síntomas premonitorios de dolor e indigestión pueden conducir al diagnóstico de un aneurisma abdominal antes de que se rompa. Los signos son los de un trastorno abdominal grave con dolor agudísimo y choque.

Signos de obstrucción del intestino delgado

1-Obstrucción simple

Los signos físicos dependen de la causa y de la localización del proceso, el dato mas digno de confianza es el tipo característico de ruido peristáltico, cuando el dolor cede, el peristaltismo desaparece. Entre las crisis de dolor el abdomen esta silencioso o solo se perciben unos pocos ruidos de peristaltismo normal, la palpación puede descubrir dolor a nivel del asa intestinal afectada, signo importante pero no obligado. El grado de distención dependerá del nivel de la obstrucción si es alta y el paciente vomita, quizá no se produzca distención hasta que se hayan establecido la peritonitis y el íleo paralitico, el dolor intenso generalizado es signo de irritación peritoneal indica perforación del intestino o gangrena inminente.

2-Obstrucción con estrangulación:
El paciente tiene aspecto gravemente enfermo, el pulso es rápido y lleno a veces hay ondas intermitentes de cólico, el aumento característico del peristaltismo cesa cuando se inicia la gangrena, la peritonitis se manifiesta por dolor y rigidez, mas tarde pueden venir choque y colapso, especialmente en caso de oclusión venosa con posible gran pérdida de sangre en intestino y mesenterio.


Signos de obstrucción del colon:

Invaginación: 














Suele producirse en niños, el dolor casi siempre es intenso pero no continuo, entre las crisis dolorosas el paciente se acuesta y queda inmóvil con las rodillas flexionadas, suele haber cierta tendencia al sincope y colapso, especialmente si el dolor es muy intenso y agotador a veces pueden observarse ondas peristálticas. La palpación la presencia de una masa abdominal en forma de salchicha se encuentra a cualquier nivel a lo largo del colon según la fase de la enfermedad.

Vólvulo:












Se caracteriza por dolor y detención intensos y produce distensiones abdominales más rápidas e intensas, la respiración muchas veces esta dificultada.

Signos de peritonitis

El paciente se ve grave y ansioso, con palidez facial el pulso suele ser frecuente casi siempre por encima de 100, lleno y saltón, el paciente peritonítico esta acostado, inmóvil de preferencia en decúbito lateral con los mismo ligeramente flexionados; la palpación, el grado de rigidez varia, el dolor en todo el abdomen con dolor de rebote referido al punto donde se ejerce la presión es característico de la peritonitis difusa o generalizada, el dolor por la tos no está netamente localizado, sino que tiende a referirse de manera imprecisa al centro del vientre; percusión, está en la zona de matidez hepática puede indicar la presencia de aire libre en la cavidad peritoneal; auscultación, descubrir peristaltismo normal en lo que parece ser una peritonitis difusa aguda debe hacer sospechar procesos como el coma diabético la picadura de la araña viuda negra o una crisis tabetica.

Abdomen operado:
 

















El descubrimiento de complicaciones y los cuidados del paciente dependen de una buena interpretación del dolor, la tensión, el espasmo, el peristaltismo, la distensión y cambios de temperatura y respiración. El abdomen operado no complicado, el dolor ha de ser mínimo, el pulso ha de ser lento, la fiebre no es signo seguro en las primeras horas posoperatorias, la frecuencia respiratoria suele estar ligeramente aumentada por el dolor de la herida, la inspección del abdomen es de valor inestimable, la palpación en casos no complicados puede limitarse a observar i hay dolor  y la auscultación debe efectuarse sistemáticamente dentro de las 48 horas. Los signos de peligro después de una intervención son dolor persistente, pulso rápido, respiraciones frecuentes y disnea en ausencia de complicación pulmonar.

Abdomen operado no complicado.

Es notable lo reducido de la reacción después de una operación abdominal de cirugía mayor bien efectuada. Si se ha tratado el intestino con cuidado, no se han traumatizado los tejidos y se ha afectado la limpieza cuidadosa del peritoneo antes del cierre.
El dolor ha de ser mínimo y netamente referido a la herida, agravado por el movimiento o la tos y fácilmente dominado con medicamentos. Cuando hay dolor se sospecha de irritación del peritoneo.

La fiebre no es signo seguro en las primeras horas posoperatorias. La temperatura ha de ser normal o solo ligeramente elevada, pero muchas veces hay fiebre durante las primeras 48 horas a consecuencias por posibles complicaciones pulmonares relativamente.

La palpación del abdomen en los casos no complicados puede limitarse a observar si hay dolor y a comprobar el tono general de la musculatura abdominal. Hay que hacerlo a cierta distancia de la herida. No hay que percutir  a menos que haya distención o se sospeche dilataciones gástricas.
La auscultación es muy importante y debe efectuarse sistemáticamente. Dentro de las primeras 48 horas posoperatoria los ruidos peristálticos existente de disminución de los ruidos peristáltico.


Signos De Peligro Después De Una Intervención Abdominal De Cirugía Mayor

Los signos de peligro en este caso son dolor persistente, pulso rápido, respiraciones frecuentes y disnea en ausencia de complicación pulmonar, distensión precoz y abdomen silencioso por auscultación. La presencia de cualquiera de estos signos requiere apreciación cuidadosa de la situación. Hay un hecho que debe tenerse muy presente: el empleo liberal de antibióticos hace excepcionalmente difícil valorar el estado posoperatorio del abdomen.


Retención De Orina







Es parte esencial del tratamiento posoperatorio determinar si el paciente ha orinado o no después de la intervención. Si no ha orinado en plazo de seis a ocho horas hay que buscar los signos físicos de distensión vesical. Con frecuencia el diagnóstico se establece fácilmente porque el paciente tiene deseo doloroso de orinar pero no puede lograrlo. La palpación y la percusión de la parte baja del abdomen descubrirán una masa dolorosa ovalada y la vejiga excesivamente distendida. Sin embrago, el cuadro no siempre es tan neto. Con cierta frecuencia la vejiga se distiende tan lentamente que el paciente sufre poca o ninguna molestia, y el único signo de retención urinaria es el gran volumen vesical. En pacientes obsesos quizá resulte difícil descubrir los signos de la vejiga distendida. Una presión ligera efectuada inmediatamente por encima de la sínfisis pubiana suele aumentar el dolor y hacer evidente so carácter, pero quizá resulte necesario emplear la sonda para comprobar o excluir la presencia de un vejiga distendida.


Distensión Posoperatoria

Muchas operaciones abdominales van seguidas de un tipo particular de íleo funcional. Se caracteriza por distensión abdominal y dolores en calambre que el paciente considera “producidos por gas”. Aparecen después de 36 horas, o más de la operación, y en la mayor parte de casos ceden rápidamente tan pronto como el paciente empieza a eliminar gasas por el recto.

Dilatación Gástrica Aguda










La dilatación aguda del estómago puede ser complicación de la distensión posoperatorio o de la peritonitis. En sus formas más ligeras puede ser consecuencia de una deglución excesiva de aire y de tomar líquidos antes que se haya restablecido la actividad normal del intestino. A veces alcanza proporciones extremas, al punto de dificultar la respiración. El hipo es síntoma frecuente. El paciente puede vomitar, pero generalmente regurgita una y otra vez pequeñas cantidades de líquido pardo obscuro. La dilatación gástrica aguda puede ser signo de peritonitis, en cuyo caso hay otros signos de peritonitis e íleo paralítico.

Peritonitis

Después de intervención abdominal una peritonitis progresiva raramente se produce por simple contaminación de la cavidad peritoneal. La ocasionan la necrosis del intestino, la fuga a nivel de una anastomosis, el rezumamiento de bilis o la pancreatitis aguda.

Absceso Residual

Los abscesos intraperitoneales son consecuencia de infecciones del peritoneo, localizadas o difusas. Muchas veces la peritonitis ha sido manifiesta, como en caso de apendicitis aguda o de úlcera duodenal perforadas. En otras ocasiones, sobre todo después de una operación aséptica en el abdomen, una peritonitis localizada puede pasar inadvertida, y el desarrollo de un absceso residual constituye la primera indicación de que las cosas no van bien.

Los abscesos pueden producirse en cualquier lugar de la cavidad peritoneal. La localizaciones más frecuentes son pelvianas y a nivel del campo operatorio inmediato, pero pueden desarrollarse absceso entre asas de intestino delgado, en los canales peritoneales, a lo largo del trayecto del colon o en los espacios subdiafragmático.

Signos de un Absceso Residual

    Curva febril en escalera, un poco más elevada cada día, sin volver nunca a la normal.
    Masa ligeramente dolorosa e indurada en el fondo de saco de Douglas.
    Diarrea irritativa.
    Anorexia
    Dificultad para ganar peso y fuerza.
    Dolor abdominal vago.
    Elevación moderada de la frecuencia del pulso.

Hemorragia

La hemorragia intraperitoneal posoperatorio ha pasado a ser complicación extraordinariamente rara; tan rara, de hecho, que el cirujano apenas puede pensar en ella. Se trata de una complicación precoz, que suele desarrollarse durante las primeras 24 horas posoperatorias. Casi nunca se observa hemorragia retrasada después de una operación abdominal de elección, aunque puede ser complicación de heridas abdominales. Los signos físicos son los de pérdida aguda de sangre. La palidez, el sudor, la ansiedad y la sed de aire pueden hacer sospechar el diagnóstico mejor la frecuencia del pulso o el valor de la presión arterial.
                                             
                                                         
Signo de Murphy









Está presente en la colecistitis aguda. Se refiere al dolor que siente el paciente cuando éste realiza una inspiración profunda mientras se realiza una palpación por debajo del reborde costal derecho, debido al contacto entre la vesícula biliar  inflamada y la palma de la mano.


                                                           
   Signo de Cullen













Coloración equimótica, azulada o amarilla, del ombligo, debida a un derrame sanguíneo intraperitoneal, visible solamente en los individuos delgados o afectos de hernia umbilical.


 Tacto Rectal













Es un examen que debe realizarse de rutina. Aunque en muchas ocasiones éste puede ser negativo, en algunos casos podemos encontrar un fondo de saco de Douglas sumamente doloroso, sobre todo cuando hay perforación del apéndice y derrame purulento, y en otras se puede palpar una masa dolorosa que podría corresponder a un plastron o absceso apendicular. Aparte de esto en muchas oportunidades es útil en el diagnóstico diferencial de casos ginecológicos.



Punto de McBurney














Se obtiene presionando la fosa ilíaca derecha en un punto que corresponde a la unión del 1/3 externo con los 2/3 internos de una línea trazada de la espina ilíaca anterosupe-rior derecha hasta el ombligo. El dolor producido con esta maniobra es el encontrado con mayor regularidad.
                        
Signo contralateral de Blumberg










Se realiza de la misma manera, pero presionando la fosa ilíaca izquierda y despertando dolor en fosa ilíaca derecha.


Fuente Bibliográfica:
*Propedéutica Quirúrgica (J. E. Englebert).
*Cátedra de Semiología Quirúrgica(Dr. Liriano).

*Examen de abdomen, Manual de Semiología médica …………………http://escuela.med.puc.cl/


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