sábado, 18 de julio de 2015

Examen de Tórax

















Antes de iniciar con el examen del tórax se hace preciso indicar sus aspectos anatómicos.

Anatomía del tórax

Es la parte del cuerpo humano que se encuentra entre la base del cuello y el diafragma. Está formada por las costillas, el esternón, la columna vertebral, músculos. En el podemos encontrar órganos tales como corazón, grandes vasos, pulmones, esófago.

La estructura ósea de la caja torácica está formada por la columna vertebral, 12 pares de costillas y el esternón, además de las escápulas. Las costillas se articulan hacia atrás con la columna dorsal y hacia delante, las primeras siete se unen al esternón y las tres siguientes, se van uniendo entre ellas y forman del reborde costal. Las costillas 11 y 12 son “flotantes” ya que no se unen al esternón. El reborde costal derecho e izquierdo forma un ángulo llamado ángulo costal. El esternón está formado por el manubrio (parte superior), el cuerpo y el apéndice xifoides (entre ambos rebordes costales, se palpa como una punta).

















Entre el manubrio y el cuerpo existe un ángulo llamado ángulo de Louis (o ángulo esternal), que es fácil de palpar. La parte anterior de la segunda costilla, a cada lado, llega justo a este nivel. Esta es una referencia anatómica que conviene conocer ya que palpando el ángulo de Louis uno desliza los dedos hacia el lado y palpa la segunda costilla y desde ahí se identifica la tercera costilla hacia abajo y así sucesivamente. Entre cada costilla se ubica un espacio intercostal que toma el nombre de la costilla inmediatamente por arriba. Es posible palpar fácilmente desde el segundo espacio intercostal al sexto; más abajo es difícil porque las costillas se van juntando por delante.

  


















Referencias anatómicas.

Existen diversas líneas anatómicas que nos sirven de referencia, estas son todas paralelas a una recta que pasa por la columna vertebral.

Por atrás

 -Línea vertebral: pasa por las apófisis espinosas.

 -Líneas escapulares (derecha e izquierda): pasa por la punta   de las escápulas.













Por los lados
 -línea axilar anterior: pasa por delante de la axila.
 -línea axilar media pasa por la mitad de la axila.
-línea axilar posterior: pasa por detrás de la axila.

 
















Por delante

-línea medioesternal: pasa por la mitad del esternón.
 -línea medioclavicular (derecha e izquierda): pasa por la mitad de las clavículas.

  
















El examen del tórax

El examen de tórax  es el más fácil y sencillo desde el punto de su exploración, ya que sólo posee dos órganos que se estudian. En él se utilizan todas las herramientas de la semiología que son: Inspección, palpación, auscultación y percusión.

 El examen de tórax se hace en dos secciones: examen electivo del tórax y examen del tórax operado.

Posición del paciente

EL tórax se examina con el paciente sentado. Si resulta imposible, puede examinarse cuidadosamente la pared del tórax anterior mientras el paciente está en decúbito supino. Luego se le gira hacia un lado, mas tarde hacia el otro, para permitir el examen de la pared torácica posterior. Este desplazamiento del paciente hace difícil comparar e interpretar los datos físicos que proporcionan la auscultación y la percusión. En consecuencia, a menos que el paciente se halle en colapso o en estado de choque, lo mejor es mantenerlo sentado el tiempo suficiente para poder percutir y auscultar por detrás la base de los pulmones.



Examen  De Elección

Inspección















El examinador debe observar ante todo la silueta general. El denominado tórax en tonel, en el cual la caja torácica tiene casi igual anchura que altura, depende de un aumento considerable del diámetro anteroposterior.  Aunque el poseedor de esta caja torácica muchas veces está satisfecho de sus medidas, el proceso suele acompañarse de un grado variable de enfisema crónico. Los movimientos de expansión del tórax suelen estar limitados y disminuye la reserva pulmonar. Tales pacientes resisten mal la anestesia general y fácilmente sufren complicaciones pulmonares postoperatorias.
 











El individuo de pecho plano, en la cual la pared torácica se halla en el mismo plano que la clavícula, es sospechoso de enfermedad pulmonar, pero en la mayoría de los casos tales pacientes tienen muy buenos movimientos de expansión torácica y, en contraste con pacientes más robustos, poseen reserva pulmonar adecuada y resisten bien la anestesia general.

Las grandes deformidades de la pared torácica suelen ser manifiestas, pero se necesita un examen muy cuidadoso para no pasar inadvertidas lesiones asintomáticas.


Observación de los Movimientos Respiratorios

Los movimientos respiratorios difícilmente son percibidos por el examinador, si no les presta particular atención. Una observación rápida demostrara que, al inspirar, las clavículas se elevan, la caja torácica se ensancha lateralmente y hay un movimiento de expansión de la pared abdominal a consecuencia del descanso del diafragma. El movimiento abdominal es más intenso en los varones que en las mujeres. Si no son manifiestos, cabe producir estos cambios indicando al paciente que respire profundo. La frecuencia respiratoria varía entre 16 y 20 respiraciones por minuto. Las variaciones de frecuencia y de tipo respiratorio proporcionan datos diagnósticos interesantes.














Tipos respiratorios












La respiración rápida y superficial se observa en diversos procesos, especialmente en las infecciones. La intensidad del cambio observado en la respiración tiene importancia, ya que el paciente no suele percibir cortedad de aliento.

La respiración profunda, suave y manifiesta, sobre todo de tipo torácico, se observan en estados de ansiedad, sobre todo en el curso del examen médico. Si el paciente no sabe lo están observando, las respiraciones se normalizan o pueden ir seguidas de un periodo de apnea.

Las respiraciones profundas y suspirosas (de kussmaul) se observan en la acidosis, sobre todo diabética. Respiraciones parecidas se observan en forma de sed de aire en caso de hemorragia aguda.

La respiración lenta y estertorosa (Cheyne Stokes) es característica del coma de las lesiones cerebrales. Puede volverse irregular o adoptar carácter intermitente, con periodos de apnea alternados con otros de respiración.

Las respiraciones  regulares y extraordinariamente lentas deben hacer sospechar inmediatamente la intoxicación por morfina.

La disnea (respiración corta), con cianosis o sin ella, se observa en diversas enfermedades cardiacas o pulmonares.

La inspiración entrecortada, con espiración cortada se observa en las heridas torácicas abiertas espirantes.

Las respiraciones forzadas acompañadas de contracción de los músculos respiratorios accesorios  se observan en caso de obstrucción de las vías respiratorias alta. Con cada intento de respiración, el maxilar inferior baja. Este tipo de respiración es  signo terminal de diversos procesos sépticos y tóxicos.

Insuficiencia respiratoria. Se ha confirmado que puede aparecer insuficiencia pulmonar grave sin cianosis o incluso sin deficiencia respiratoria manifiesta; por esta causa, es esencial el análisis de los gases en sangre en todos los casos de posible alteración respiratoria.


Auscultación.

Consiste en escuchar los ruidos que se generan en los pulmones y corazón. En la auscultación cardíaca, el estetoscopio se coloca en unos puntos determinados en la cara antero lateral izquierda del tórax para escuchar los sonidos cardiacos mientras el paciente sentado inspira, espira y mantiene el aliento siguiendo las indicaciones del médico. Con la auscultación cardiaca se oyen los latidos cardiacos y los soplos que pueden indicar un trastorno de las válvulas cardíacas.


Los ruidos pulmonares se originan debido al paso del aire por las vías aéreas en la medida que se generen flujos turbulentos, como ocurre en la laringe y en la bifurcación de bronquios grandes y medianos. A medida que los bronquios se dividen, el área de sección va aumentando, y como consecuencia, la velocidad del flujo disminuye. Cerca de los alvéolos el flujo es laminar y no genera ruidos.
Habitualmente se ausculta y se le solicita al paciente que respire por la boca y más profundo. Esto permite escuchar los ruidos en forma más nítida. En todo caso, es necesario saber adaptarse a ciertas condiciones que presentan algunos enfermos: pacientes con sus facultades mentales comprometidas que no colaboran, el caso de los niños pequeños, personas que generan ruidos a nivel de la garganta cuando respiran, etc.
Al auscultar los pulmones se deben cubrir todos los sectores, sin olvidar de auscultar debajo de las axilas. Tal como debe ocurrir con la palpación y la percusión, con la auscultación también se deben comparar los hallazgos de un lado con los del otro lado.
Lo normal a encontrar en la auscultación es una respiración tranquila, con una percusión sonora, vibraciones vocales palpables, murmullo pulmonar presente, no soplos, ruidos cardíacos normales, sin presencia de otros ruidos.












A continuación se presentan los ruidos que se pueden auscultar en el examen de los pulmones.

Ruidos respiratorios normales.

Ruido traqueal: es el sonido normal que se genera a nivel de la tráquea. Se ausculta durante toda la inspiración y la espiración. Se escucha al aplicar el estetoscopio sobre la tráquea en el cuello.
Ruido traqueobronquial: es parecido al ruido traqueal, pero menos intenso. Se ausculta por delante, a nivel del primer y segundo espacio intercostal y, por detrás, en la región interescapular.

Murmullo pulmonar: es un ruido de baja frecuencia e intensidad, y corresponde al sonido que logra llegar a la pared torácica, generado en los bronquios mayores, después del filtro que ejerce el pulmón. Se ausculta durante toda la inspiración y la primera mitad de la espiración sobre gran parte de la proyección de los pulmones en la superficie torácica.

Transmisión de la voz: corresponde a lo que se ausculta en la superficie del tórax de palabras que pronuncia el paciente (p.ej.: treinta y tres). Por el efecto de filtro de las altas frecuencias que ejerce el parénquima pulmonar, normalmente no se logran distinguir las diferentes vocales.

Alteraciones de los ruidos normales.

Por disminución en la generación: ocurre cuando existe una disminución del flujo aéreo (p.ej.: obstrucción de las vías aéreas; disminución del comando ventilatorio que lleva a una hipoventilación); el murmullo pulmonar se escucha débil.

Por disminución de la transmisión: aunque el ruido respiratorio se genera normal, existen factores que disminuyen la transmisión hacia la superficie de la pared torácica.

Estos factores pueden ser de distinta naturaleza:
Panículo adiposo grueso en personas obesas o en las zonas en las que se interponen las mamas.

Aire o líquido en el espacio pleural; tumores que engruesen la pleura.

Alteración del parénquima pulmonar con aumento de la cantidad de aire (p.ej.: enfisema).

Oclusión de la vía aérea (p.ej.: grandes tumores o atelectasias), sin que se produzca una condensación que sea capaz de transmitir hacia la pared el ruido traqueobronquial.

Por aumento de la transmisión: si el tejido pulmonar se encuentra condensado por relleno de los alvéolos, manteniendo los bronquios permeables, el aumento de la densidad facilita la transmisión del sonido hacia la superficie del tórax. Se logra de esta forma auscultar un ruido similar al ruido traqueobronquial o el traqueal, en sitios donde normalmente sólo se debería escuchar el murmullo pulmonar. Esta condición se llama respiración soplante o soplo tubario. La transmisión de la voz también está facilitada de modo que es posible distinguir con claridad las palabras pronunciadas con voz normal (broncofonía o pectoriloquia) o con voz susurrada (pectoriloquia áfona). En ocasiones, en el límite superior de un derrame pleural, es posible auscultar una variedad de broncofonía o pectoriloquia en que pasan sólo algunos tonos y se escuchan las palabras como el balido de una cabra (egofonía o pectoriloquia caprina).

Ruidos agregados o adventicios.
Crepitaciones: son ruidos discontinuos, cortos, numerosos, de poca intensidad, que ocurren generalmente durante la inspiración y que son similares al ruido que se produce al frotar el pelo entre los dedos cerca de una oreja. Tienen relación con la apertura, durante la inspiración, de pequeñas vías aéreas que estaban colapsadas. Con frecuencia, se escuchan hacia el final de la inspiración, que es el momento de máxima expansión torácica y de mayor presión negativa intrapleural. Esto ocurre, por ejemplo, al comienzo de muchas neumonías. También se pueden escuchar en condiciones normales en personas que ventilan poco las bases pulmonares; por ejemplo, en ancianos que están tendidos y respiran en forma superficial, sin suspiros.

Frotes pleurales: son ruidos discontinuos, que se producen por el frote de las superficies pleurales inflamadas, cubiertas de exudado. El sonido sería parecido al roce de dos cueros. Si se desarrolla derrame pleural, este ruido no es posible por la separación de las pleuras.

Sibilancia: son ruidos continuos, de alta frecuencia, como silbidos, generalmente múltiples. Se producen cuando existe obstrucción de las vías aéreas. Son frecuentes de escuchar en pacientes asmáticos descompensados. Son más frecuentes cuando los enfermos están acostados. Los mismos pacientes muchas veces los escuchan. Los roncus se producen en situaciones similares, pero son de baja frecuencia y suenan como ronquidos; frecuentemente reflejan la presencia de secreciones en los bronquios. Pueden generar vibraciones palpables en la pared torácica (frémitos).

Cornaje o estridor: es un ruido de alta frecuencia que se debe a una obstrucción de la vía aérea superior, a nivel de la laringe o la tráquea, y que se escucha desde la distancia. Se ha comparado con el ruido de un cuerno dentro del cual se sopla.

Estertor traqueal: ruido húmedo que se escucha a distancia en pacientes con secreciones en la vía respiratoria alta; frecuente de encontrar en personas comprometidas de conciencia.

Respiración ruidosa: es la condición en la cual la respiración, que en condiciones normales es silenciosa, se vuelve ruidosa y se escucha desde alguna distancia. Este tipo de respiración es frecuente de encontrar en pacientes con obstrucción bronquial.


Percusión.











La percusión de los pulmones y corazón se efectúa principalmente con el método indirecto, o sea, usando el dedo medio de una mano como plexímetro y el dedo índice o medio de la otra mano como percutor, también la puño percusión como se muestra en la segunda imagen. Se recomienda percutir desde las zonas de mayor sonoridad hacia aquellas con sonido mate. Cuando el ruido cambia de sonoro a mate, se estaría pasando de un tejido que contiene aire a otro que no lo contiene. Normalmente, la base derecha de los pulmones es más alta que la izquierda, por la ubicación del hígado.

El desplazamiento del diafragma se evalúa percutiendo las bases pulmonares mientras el paciente respira normal, y luego, repitiendo la maniobra después de haberle solicitado que respire profundo. Cuando existe una condensación pulmonar o un derrame pleural se escucha un sonido mate en la zona comprometida.

Si al percutir la base pulmonar de un lado se encuentra una matidez puede ocurrir:
Si se trata de un derrame pleural: la matidez tiende a ascender hacia el costado, formando lo que se ha llamado la curva de Damoiseau. Una maniobra que puede ayudar a ratificar que se trata de un derrame pleural es poner al paciente sobre un costado y volver a percutir: se debería desplazar el líquido hacia el mediastino y, debido a esto, áreas que antes se percutían mate, ahora se percuten sonoras.
  
  Derrame pleural del lado derecho

  
Si se trata de una condensación pulmonar del lóbulo inferior se encuentra una matidez que no describe la curva de Damoiseau.

Si se trata de un ascenso del diafragma, porque una masa intraabdominal lo empuja hacia arriba o porque está paralizado, también se encuentra una matidez, pero no va a ser posible constatar el desplazamiento del diafragma con la respiración.

Si se trata de un neumotórax, la percusión será sonora, e incluso, en la medida que el aire en el espacio pleural esté a tensión, puede encontrarse hipersonoridad o timpanismo.
 
 















 Neumotórax espontáneo

Si se trata de un pulmón con más cantidad de aire, como ocurre en pacientes enfisematosos o cursando una crisis asmática: se encuentra un ruido sonoro a la percusión. Además las bases pulmonares tienden a estar descendidas.

En el caso de una atelectasia: se comporta parecido a un derrame pleural.
 















Atelectasia lobar superior derecha


En el caso de un pulmón enfisematoso, una crisis asmática, o un neumotórax: sonoridad o hipersonoridad a la percusión y disminución o ausencia de transmisión de vibraciones vocales.



Palpación.

Al poner la mano sobre el tórax mientras el paciente habla, se siente un discreto cosquilleo en la mano que se conoce como frémito pectoral. Esto se debe a vibraciones que se generan en el interior del tórax. Para hacer más nítida esta sensación, habitualmente se le pide al paciente que diga algunas palabras, como treinta y tres. La mano se aplica especialmente sobre las zonas más cercanas a los pulmones (espalda, costados, cara anterior) y se apoya abierta en toda su extensión o se “ahueca” (como formando una concha acústica), apoyando el borde externo o cubital.
 










Ocasionalmente, en algunos pacientes sometidos a procedimientos se filtra aire al tejido subcutáneo y al palpar la pared se palpan unas crepitaciones. Esto se llama enfisema subcutáneo.



Lesiones de la Pared Torácica

Deformidades
 














 Las deformidades grandes resultan manifiestas. Muchas  dependen de lesiones de la columna vertebral, como sifosis  o escoliosis. Las deformaciones intensas producen grave trastorno de la reserva pulmonar. Si ha habido una infección pulmonar recurrente, se observan a veces dedos en palillo de tambor.


Tórax en Embudo o Pectus  Excavatum











   Es anomalía congénita en ella cual está deprimido el cuerpo del esternón. En casos graves puede llegar a tocar la columna vertebral  o  penetrar en el canal paravertebral. El corazón quizá esta girado o desplazado, con dificultad considerable para las funciones cardiacas  respiratorias.


Infecciones

La Tuberculosis de los Cartílagos Costales

Puede producir hinchazón inflamatoria ligera de la pared torácica anterior. A menos que la lesión se resuelva en una fistula, no podrá sospecharse su verdadera naturaleza. 


Las infecciones piógenas de la pared del tórax suele adoptar forma  de furúnculos o abscesos. Los ántrax típicos son menos frecuentes, aunque pueden desarrollarse en la parte baja de la espalda, sobre todo en pacientes con mucho pelo.
 Tuberculosis Pulmonar avanzada


Tumores

Precisamente por su gran  extensión, son particularmente frecuentes en la piel de la pared torácica las lupias, quistes, verrugas seniles y hemangiomas. Los angiomas de la insuficiencia hepática se observan en la pared torácica, constituyendo pequeñas vascularizaciones  que irradian desde una mancha roja central. Se distinguen los nevis o angiomas congénitos por su aspecto ramificado en araña. En ocasiones los comedones o lupias adquieren volumen y densidad suficientes para producir una sombra en la radiografía torácica.



Los Lipomas de la Pared Torácica

 















Son  muy frecuentes. Son tan característicos que pueden reconocerse fácilmente en un examen físico. Una masa blanda, compresible, netamente limitada, lobulada, que no se halla unidad ni a la piel ni a los tejidos profundos, es característica de un lipoma.



 Neurofibromas
 





 Son nódulos móviles, duros bien circunscritos y no compresibles. Se hallan situados a lo largo del trayecto de los nervios parietales. A veces se acompañan de zonas de pigmentación parda de la piel, de la enfermedad de Recklinghausen.


Los Sarcomas


 








Son tumores malignos más comunes de la pared torácica. Sea observan  todas las variedades, con mayor frecuencia fibrosarcomas y condrosarcomas. Estos tumores pueden tener aspectos variables. En la primera etapa son duros, bien circunscritos y móviles. No se descubren infiltración característica maligna alguna. En casos avanzados ese vuelven irregularmente nodulares con áreas de reblandecimiento, hemorragias, e infiltración palpable  del tejido vecino más allá de la masa tumoral principal. La extirpación debe ser completa o radical.


Unión Costocondral Dolorosa

Es frecuente observar pacientes que se quejan de tener una prominencia dolorosa a nivel  de unión costocondral. La palpación cuidadosa suele bastar para excluir la presencia de una neoplasia, peor en caso de duda debe tomarse una radiografía.

Granuloma Eosinófilo

 Esta lesión benigna. Es un proceso de la enfermedad más limitado. Normalmente, se caracteriza por una lesión ósea solitaria. Los niños que tienen un granuloma eosinófilo requieren, sin embargo, un cuidadoso estadiaje para descartar otros sitios de afectación. El estadiaje apropiado incluye una gammagrafía con tecnecio de todo el cuerpo o una serie del esqueleto, un análisis de sangre (completo con formula y recuento y pruebas para las enzimas hepáticas), radiografía del cráneo y pelvis. Los niños que tienen enfermedad multisistémica, requieren manejo más agresivo,  incluyendo la quimioterapia basada en esteroides.
 


 Síndrome del Surco Pulmonar Superior

Los tumores del surco pulmonar superior representan un porcentaje no despreciable entre los tumores del pulmón. A su vez, los tumores malignos entre ellos constituyen el 90 %, mientras en el 10 % restante, constituido por tumores benignos, procesos inflamatorios o infecciosos del vértice pulmonar, se destacan las enfermedades granulomatosas. Existe dificultad en el diagnóstico clínico precoz de un síndrome de Pancoast por la aparición tardía de los síntomas característicos de esta enfermedad. Se presenta un caso con manifestaciones clínicas que enfocaron los estudios iniciales y la clínica hacia la búsqueda de una enfermedad maligna pulmonar. El proceder diagnóstico fue la toracotomía y resultó tratarse de una enfermedad granulomatosa del pulmón. El cuadro clínico incluye repleción de la fosa supraclavicular, dolor en la distribución del cubital con atrofia de los músculos intrínsecos de la mano  inervados por él, y síndrome de Horner en el lado afectado. La causa principal del síndrome del surco pulmonar superior es el carcinoma broncógeno del vértice pulmonar.

Examen del Tórax  Operado

Las complicaciones pulmonares son la causa más frecuente de fiebre en periodo postoperatorio. Aunque de ordinario son leves y de poca importancia, en un paciente enfermo pueden causar la muerte. La neumonía por aspiración, el colapso masivo y la embolia pulmonar son complicaciones posiblemente mortales. Descubrir a tiempo todas las complicaciones pulmonares es esencial para un buen tratamiento posoperatorio.

Factor Tiempo

El factor tiempo en momento en que aparece una complicación pulmonar es dato diagnostico muy útil. La disnea con cianosis pocas horas después de despertar de la anestesia hará sospechar aspiración de vomito. Las complicaciones atelectásicas producidas por tapones mucosos de los bronquios suelen aparecen entre el primer y el tercer día postoperatorio. La embolia pulmonar se produce en cualquier momento. En algunos casos ocurrió durante la intervención y puede desarrollar tardíamente, durante la tercera o la cuarta semana. Sin embargo, la embolia pulmonar casi siempre se produce entre los días quinto y decimo sesto después de la intervención. Las complicaciones sépticas en forma de absceso pulmonar o absceso subdiafragmtico siempre son tardías. Actualmente el empleo de los antibióticos puede retrasarlas por varias semanas.

 Atelectasia Pulmonar Posoperatoria 




























Atelectasia del lóbulo medio e inferior derecho

Esta complicación pulmonar, muy frecuente, se produce en los primeros días posoperatorios. Los signos más importantes son la elevación del diafragma, limitación de sus movimientos, disminución  de los ruidos respiratorios y, a veces unas pocos estertores en el lado afectado.




Inspección

  Puede establecerse el diagnóstico colocándose en los pies de la cama y observando el paciente y su curva térmica. El paciente esta congestionado molesto, pero no parece gravemente enfermo. Percibe presencia de moco en su garganta, que no puede expectorar porque  al toser le duele mucho.

Percusión y Auscultación

La percusión da macidez, disminución del ruido respiratorio, limitación de los movimientos del diafragma y, a veces pero no siempre, pequeños estertores gruesos en la base pulmonar del lado afectado. Lo mejor es hacer sentar al paciente para examinarlo. De hecho, el simple acto de moverlo y examinarlo puede provocar un golpe de tos que limpie los principales tapones bronquiales y mejore su estado.  El percutir intensamente el lado afectado suele ser beneficioso. Si estas medidas fracasan puede ser necesaria la aspiración de la tráquea con sonda. A veces, se requiere broncoscopia.

Colapso Pulmonar Masivo

Patología en la cual la totalidad de un pulmón o de uno de sus lóbulos queda exenta de aire, frecuentemente como consecuencia de obstrucción en un bronquio.

La diferencia de esta con la atelectasia radica en que en el colapso pulmonar masivo priva de aire a todo el pulmón, por tanto lo colapsa por completo, mientras que en la atelectasia sólo se afecta una parte del pulmón.

Inspección

El aspecto del paciente es característico y espectacular. Presenta disnea, cianosis, gran dificultad respiratoria y dolor moderado o intenso.


Palpación

La tráquea esta desviada hacia el lado enfermo. Han desaparecido las vibraciones vocales y en el lado afectado el tórax se dilata poco o nada.

Percusión y auscultación

La percusión da macicez; las maciceces cardiaca y mediastínica están desviadas hacia el lado afectado.

No se percibe ruido respiratorio ni se transmite la voz. A veces se oyen estertores bronquiales fuertes.

El diagnóstico se confirma plenamente cuando se obliga al paciente a toser con fuerza o se le somete a aspiración traqueal. A veces es necesaria la broncoscopía.



Neumonía Por Aspiración








Neumonía bilateral por inhalación de kerosene  

La neumonía  es la inflamación de los pulmones y las vías respiratorias que llegan a ellos (bronquios) debido a la inhalación de materiales extraños.   La neumonía por aspiración ocurre cuando se inhalan materiales extraños (por lo regular alimento, líquidos, vómito o fluidos de la boca) hacia los pulmones o vías respiratorias que llevan a éstos. La aspiración puede ocurrir y no es imposible que tal complicación pase inadvertida. Deberá sospechar cuando  haya disnea, cianosis y fiebre pocas horas después de despertar el paciente de la anestesia. El examen del tórax demostrara estertores gruesos en ambos campos pulmonares. Hay que efectuar una broncoscopía de urgencia, tanto para diagnostico como a título de medida terapéutica.


Embolia Pulmonar             











Descubrir la embolia pulmonar por examen físico requiere que el examinador sospeche el proceso. Émbolos voluminosos pueden producir cambios mínimos en el examen de los pulmones, y para hallar una pista de diagnóstico quizá el único medio sea buscar cuidadosamente signos de flebitis en las extremidades. Se admiten dos tipos de embolia pulmonar: dependiente de infarto periférico del pulmón, con participación pleural, y la ocasionada por oclusión de ramas importantes de la arteria pulmonar.

Inspección

Los signos son esencialmente los de una pleuresía seca aguda muy localizada. El paciente tiene dolor neto que se agrava cuando intenta respirar profundamente. Puede tener dificultad para respirar, pero la frecuencia respiratoria esta poco aumentada y no hay cianosis. Ocasionalmente elimina algunos esputos teñidos de sangre.

El dolor no es signo preponderante, pero el paciente casi siempre presenta extraordinaria ansiedad e impresión de angustia en desproporción con los signos físicos. Es característica una cianosis pálida con distensión de las venas del cuello; si se percibe, casi asegura el diagnostico. El pulso suele ser rápido, con presión deferencial pequeña e hipotensión neta.


Palpación

En fase precoz puede percibirse a veces un roce a nivel de la zona pleural afectada.

Auscultación

En el lado afectado, las respiraciones están disminuidas y puede percibirse un roce pasajero. En ocasiones el único síntoma de lesión pulmonar son unos cuantos estertores. A veces no se perciben anormales, pero mientras no se demuestre lo contrario el dolor pleurítico en periodo posoperatorio depende de infarto pulmonar. En todos los pacientes hay que explorar cuidadosamente las extremidades en busca de tromboflebitis minia, incluso cuando son ambulatorios, siempre que sufran una pleuresía seca.

Cuando el embolo es voluminoso y se aloja en ramas importantes de la arteria pulmonar, los signos físicos  son de colapso circulatorio agudo. A veces adopta la forma clásica de corazón pulmonar agudo, pero en muchos casos los signos de insuficiencia del corazón derecho son mínimos.

La auscultación de corazón y pulmones permite muy pocos cambios. La frecuencia cardiaca puede estar aumentada o relativamente disminuida. Los pulmones suelen estar claros por auscultación en las de embolia mayor, y en los casos más graves la muerte se produce sin que haya desarrollo de signos pulmonares importantes.

Absceso Pulmonar




















Los adelantos logrados en la anestesia, el cuidado para evitar aspiración en los operadores de boca y garganta, y el empleo de antibióticos han hecho relativamente rara esta complicación posoperatoria. Su causa principal es la aspiración de material extraño, émbolos infectados, necrosis en una zona de atelectasia o neumonías duraderas.
La enfermedad suele comenzar varios días o semanas después de la intervención, con fiebre tos y dolor torácico. Los signos físicos, excepto en caso de absceso periférico o muy voluminoso, suelen ser tan ligeros que no cabe fiar en ellos.


Absceso Subdiafragmático
 














Es complicación de sepsis abdominal. Los principales focos de infección son la apendicitis, la ulceras perforada, la colecistitis y la pancreatitis, pero cualquier infección peritoneal puede ser causa de absceso subdiafragmático.

El tratamiento de las infecciones peritoneales con antibiótico ha disminuido la frecuencia de abscesos subdiafragmático al punto que actualmente constituyen una rareza. Sin embargo, no los ha suprimido totalmente y los antibióticos han aumentado la tendencia natural de proceso a tener comienzo lento y curso insidioso. De hecho, en los pacientes que han seguido y todavía siguen tratamiento antibiótico, los síntomas de absceso subdiafragmático son mínimos, de modo que, por lo general, debe pensarse en este diagnóstico cuando un paciente que ha sufrido infección abdominal no evoluciona satisfactoriamente. La fiebre no es obligada. A veces el único síntoma es la anorexia. La imposibilidad de ganar peso y fuerzas después que han cedido a los signos manifiestos de las infecciones peritoneal, pélvica o de la herida, bastara para despertar la sospecha clínica.

Inspección

Las primeras etapas de un absceso subdiafragmático pueden producir muy poca alteración del estado general. A veces hay fiebre ligera, pero con antibióticos quizá no aparezca por un tiempo. El dolor no es neto, ni se produce cuando el paciente respira profundo. No hay cianosis ni disnea. La inspección de tórax  puede demostrar expansión disminuida del lado afectado, muy notable en casos avanzados. Puede descubrirse edema o macidez de los flancos del espacio posterior.

Percusión

En el lado afectado el diafragma esta fijo o se mueve poco y se halla en posición elevada cualquiera que sea el espacio interesado. En las infecciones del espacio superior suele haber derrame pleural por encima del diafragma.

Palpación

Hay que observar las siguientes áreas:
Espacio Anterosuperior Derecho: por debajo del borde costal; por delante, entre las costillas, especialmente entre los espacios intercostales sexto y decimo.

Espacio Posterosuperior Derecho: a nivel de los espacios intercostales decimo, undécimo y duodécimo, por atrás, en el flanco, por atrás y afuera.
Espacio Derechos Inferiores: por debajo del borde costal, en la parte anterior, como en la palpación de hígado o vesícula.

Espacio Superior Izquierdo: debajo de las costillas, por delante; en el epigastrio; en la zona anterolateral a nivel de los espacios intercostales sexto a decimo.

Espacio Anteinferior Izquierdo: hipocondrio  izquierdo por debajo de la jaula torácica.

Espacio Posteroinfeior Izquierdo: a nivel de la duodécima costilla por detrás y en el flanco izquierdo.

El estudio radiológico tiene gran valor para descubrir los abscesos subdiafragmático, es particularmente útil en proyección lateral para localizar infecciones de un espacio  anterior o posterior. La comprobación calidoscópica de un diafragma inmóvil es signo adicional de absceso subdiafragmático, pero muchas veces los rayos X no son concluyentes y es necesario recurrir a exámenes muy cuidadosos repetidos diariamente para corroborar el diagnóstico.




Fuente Bibliográfica:
*Propedéutica Quirúrgica (J. E. Englebert).
*Cátedra de Semiología Quirúrgica(Dr. Liriano).
*Medlineplus.com

*http://escuela.med.puc.cl/Publ/ManualSemiologia/260ExamenPulmonar.htm















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